16 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Camps promueve huertas en la Ciudad

Por tercera vez, el legislador promueve la práctica de la agroecología creando huertas en toda la Ciudad, a partir de una iniciativa del ex legislador Pablo Bergel.

El diputado porteño Adrián Camps (PSA) intentará nuevamente aprobar una iniciativa que originalmente promovió el ex legislador Pablo Bergel en 2012 y 2014, a partir de un proyecto de ley para «promover, difundir y sostener prácticas agroecológicas en todo el ámbito territorial de la ciudad de Buenos Aires«.

Es «una alternativa a la agronomía convencional, que se basa en aplicar conceptos y principios de la ecología al desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles», según se desprende del propio articulado. Obviamente no es esta una Ciudad con grandes extensiones de tierra libre de uso, así que se habla de «agricultura urbana», practicada en huertas a partir de una «actividad localizada en la ciudad, que cultiva, cosecha y procesa diversidad de productos alimenticios y no alimenticios».

La idea es establecer diferentes modalidades de este tipo de unidades productivas. Así, se plantea realizar «huertas verticales» en base a este tipo de extensión, «huertas del sistema de salud» con fines terapéuticos, «huertas del sistema educativo» en enseñanza inicial, primaria, media y superior, «huertas barriales» cuidadas por la participación vecinal y «huertas comunales» espacios promovidos y sostenidos por cada Comuna.

Todo esto contando con «certificación participativa» en base a distintas «redes de productores y consumidores que comparten la responsabilidad sobre calidad y confiabilidad de producción y distribución» de esos alimentos cultivados. Esta búsqueda de la calidad de origen se traslada incluso a utilizar abonos que se obtendrían en base al «tratamiento aerobio o anaerobio mediante microorganismos de partes biodegradables de residuos, pudiendo utilizar lombrices, y en condiciones ambiental y sanitariamente adecuadas».

Además este compostaje doméstico resultará ser de ayuda a partir de su aporte para reducir el «costo del tratamiento de residuos y es herramienta de educación ambiental». Cuestión que también tiene un beneficio para la comunidad como consecuencia que «gran porcentaje del gasto municipal va a la gestión de residuos sólidos, donde casi el 50% es orgánico».

Un tipo de actividad que actualmente se realiza en muchas partes de Latinoamérica como «Lima, Montevideo, Rosario, México DF, Belo Horizonte, Porto Alegre, como así también en ciudades europeas como Berlín, Milán, París, por nombrar algunas de tamaño comparable con Buenos Aires». Indica el promotor de este nuevo intento parlamentario que en la propia Ciudad hay este tipo de iniciativas «sin intervención estatal, sostenida por vecinos y vecinas de la Ciudad comprometidos con principios de la agroecología».

Existen, concretamente, en colegios, hospitales, espacios barriales, sumado a que «en últimos años emprendimientos comerciales de venta de productos agroecológicos también aumentaron su número, entre los que pueden contarse el Galpón de Chacharita y Mercado de Bompland como casos importantes, además de otras ferias itinerantes a lo largo de la Ciudad». Al enumerar beneficios se destacan «el desarrollo productivo y autosubsistencia en materia alimenticia de agricultura urbana«, colaborando como «mecanismo de erradicación de pobreza, desarrollo local y seguridad alimentaria, reduciendo así distancias de intercambio».

Al texto original el diputado Camps le adiciona la pretensión de fortalecer el «programa Escuelas Verdes, dependiente del Ministerio de Educación y Comisión de Presupuesto de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires», en la aplicación de estas huertas. Una actividad pensada para ser realizada «en espacios públicos como privados aptos, previa autorización, en caso de corresponder», para producir «hortalizas, verduras, legumbres, frutas, plantas aromáticas, medicinales y ornamentales».

Pensando inclusive en generar un «banco de semillas, lombrices, plantas nativas y plantines de vegetales«, transformándose en una reserva que «servirá como centro de desarrollo e intercambio de semillas». Toda la implementación sería llevada adelante desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, futuro encargado de crear un programa respectivo, realizar seguimiento técnico permanente de huertas, capacitando a quienes estén en condiciones y deseen producir alimentos, estableciendo estímulos como subsidios o créditos, entre otras responsabilidades.

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