29 de marzo de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Crisis Institucional Argentina: Necesidad de alcanzar Acuerdos de gobernabilidad

Por Julio Cobos

Argentina vive momentos complejos. La muerte del fiscal Nisman ha sido el detonante de una situación de larga data, marcada por la intolerancia y la incapacidad de autocrítica del oficialismo. Todos somos en mayor o menor medida responsable de esto y todos debemos asumir la responsabilidad de resolverlo.

Esta crisis institucional es difícil de mensurar tanto en sus alcances como en sus consecuencias. Quizá el aspecto más relevante sea el marcado deterioro institucional que atravesamos, producto de una forma de gestionar el poder, incapaz de distender tensiones y necesitado de conflicto permanente. Todo esto, en un contexto de finalización de mandato de un gobierno con un alto desgaste, con la presidenta de la Nación absolutamente desorientada que equivoca una y otra vez, tanto desde lo simbólico como desde lo práctico.

El modo de hacer política del kirchnerismo –con la confrontación como única herramienta disponible- ha llevado a una degradación institucional inusitada y que extiende sus brazos a distintos ámbitos: destrucción del sistema de estadística en general y el INDEC en particular, vaciamiento y destrucción de los organismos de control, intromisión en organismos de la Justicia, división en el sindicalismo, fractura en el mismo partido de gobierno, incapacidad absoluta para llegar a acuerdos parlamentarios, entre otros ejemplos.

En octubre de este año esto debemos revertirlo sí o sí. Vamos a recuperar la normalidad y salir del contexto en el que nos ha metido la presidenta. Para esto otra institución de carácter constitucional, debe reasumir su rol e importancia: los partidos políticos, encargados de llevar a cabo políticas que den previsibilidad y tranquilidad a la sociedad.

El reclamo generalizado a toda la dirigencia política es “únanse», porque con criterio, la sociedad percibe que este desafío necesita del aporte de todos, sin mezquindades. Esto es así, más allá de las diferentes posturas de cada uno de los actores políticos. Ahora, juntarse para qué, cómo, con qué fin. Unirse para ganar no es unirse para gobernar y es aquí dónde no debemos poner el carro delante de los caballos. La ciudadanía necesita saber qué leyes derogaremos, cuáles no, cómo vamos a recuperar las instituciones, la seguridad, cómo vamos a ir a una inflación de un dígito, cómo reconvertiremos la matriz energética y el fortalecimiento de los organismos de control, entre otros.

El verdadero desafío no es solo ganar una elección sino fundamentalmente llevar adelante un gobierno que reencauce el rumbo. Por eso insisto en la necesidad de establecer políticas de estado consensuadas con todos los sectores políticos y sociales, para que se cumplan más allá de quién sea el que reciba el mandato popular para ser gobierno.

Los acuerdos de gobernabilidad deben ser condición indispensable y previa a la discusión de una conformación de acuerdos electorales, porque de lo que se trata es de acordar con las líneas generales de un futuro gobierno y no de la sumatoria de votos que una coalición genera. Entiendo la gravedad de la situación y la necesidad de encontrar soluciones en forma conjunta. Espero estemos a la altura del desafío.

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