20 de abril de 2024

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Para que el ciudadano tenga el control.

Argentina no puede estar condenada a vivir pagando y morir debiendo. Por Noel Breard

La vigencia de William Shakespeare con su libro El mercader de Venecia es una realidad con el paso de los siglos. La usura está también en la literatura como un irremplazable y este libro explica a la Argentina encadenada.
Los acreedores externos, los organismos internacionales y las élites nacionales convivieron y realizaron grandes transferencias de divisas al exterior durante casi cien años de deuda externa, cinco default, se debe un PBI, tenemos stock de vencimientos a muy corto plazo y de cumplimientos imposibles, quedándonos un solo camino, que es la reprogramación de capital e intereses por un período de tiempo que sea de gracia para recuperar la economía (esto funciona en el mundo privado como si fuera un concurso preventivo o de quiebras, un acuerdo extrajudicial). También podemos afirmar que el endeudamiento externo sirve para financiar distintas formas de fugas de divisas al exterior.
El plazo y la espera son los grandes desafíos, pues no significa sólo tiempo sin cambio, se requiere un cambio estratégico de modelo económico-productivo-financiero, donde nuestro país debe pasar de una economía primarizada con algo de valor agregado a una economía con productividad que otorgue sustentabilidad competitiva, sustentabilidad que garantice genuinamente la productividad y sostenga la competitividad (para no caer en devaluaciones competitivas transitoriamente que tienen un costo social enorme), es decir, hacer la transición de este tipo de economía a una del conocimiento. La Argentina en esta lógica repetitiva con los límites de la agropastoril para financiar a los argentinos y la deuda, es que se necesita esta actividad altamente competitiva más economía del conocimiento.
Esto debe ser aceptado en este mundo de crisis en base a la teoría de la «corresponsabilidad de acreedor y deudor», que es el riesgo empresario al hacer la inversión y esta debe ser la bóveda del sistema. El acreedor compra deudas de países con riegos porque tiene doble vía de ganancias generando hiperrentas por a) La alta tasa de interés, b) Ya que compra el bono o equivalente a 100 nominales y paga 50 o 25 (se le reconoce 100 más) intereses.
Esto explica porqué el inversor no puede alegar buena fe y asumir el riesgo de imposibilidad de pago (teoría del acto propio), si los acreedores no entienden que son parte del problema, que el mismo FMI certifica la imposibilidad de pago por parte de la Argentina en estas condiciones y hace la metáfora que nuestro país tiene coronavirus económico, el default será el camino inevitable no querido para la Argentina (recordando que los papeles y bonos argentinos hoy están al 25 por ciento de su valor por el riesgo que tiene la Argentina y se está ofreciendo pagar más que eso).
Otra enseñanza es que después del default hay vida con sacrificio, el default no se elige, pero puede ser un camino a recorrer empujado por los acreedores.
El default no es una creación criolla, nació en los países del Primer Mundo, por ejemplo Alemania tiene sobre sí más de 30 defaults, Inglaterra, Francia y EEUU salieron de los defaults y hoy son acreedores.
Lo saludable sería, junto al cambio de paradigma, crecer para pagar en el lapso de gracia y dejar la historia de no pagar para crecer y sin la doctrina maldita de no crecer para pagar.
El gran debate del espacio público en estos cinco años será cómo construimos un modelo de producción en una economía del conocimiento, es decir, será un debate para la salida y no el círculo vicioso de cada cinco años crisis de balanza de pagos y frustración.
Y para los seguidores del pensamiento único (que creen que sólo las ideas de Adán Smith son válidas y aplicables) les recuerdo que la historia del pensamiento económico y sus procesos tendrán que recordarse. Inglaterra con las ideas de Adán Smith se hizo un gran imperio con gran revolución industrial, pero Alemania como país tardío agroindustrial y con bajo nivel industrial en el siglo XIX tiró el libro de Adam Smith y se inspiró en Georg Friedrich List y fue la respuesta inteligente de poder armar un país altamente competitivo con mercado externo e interno capitalista renano.
Hamilton en EEUU hizo el papel de List en Alemania y la hicieron grande, después por épocas trajeron a Adam Smith, y lo hacían descansar; después a John Maynard Keynes, y después descansar.
Y en el caso de los chinos, hoy potencia, en un debate de apertura doctrinaria post Mao, se dijo que para salir de los comunismos duros y entrar a un sistema más abierto con sectores capitalistas (en una frase que hizo doctrina) que «lo importante no es si el gato es blanco o negro, si no que case ratones», y el actual primer ministro Xi Jinping expresó que para ser estratégicos, para llegar a ser una gran potencia, se debe combatir la corrupción e incorporar valores trascendentes en los principios que establece el confucianismo.

(*) Senador provincial. Fue miembro de la Comisión de Fuga de Divisas en la Comisión Bicameral de Senadores y Diputados Nacionales de Argentina, creada por ley para analizar cómo se llegó a la crisis de la deuda externa en Argentina después del default de 2001.

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