19 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Bergman afirmó que si el electorado «pensara lo que vota no estaríamos como estamos»

(Por Leandro Dominguez)

El actual diputado porteño, y cabeza de lista del PRO para la Cámara baja nacional, Sergio Bergman esta mañana tuvo una frase desafortunada que rompió la tranquilidad y pasividad que venía transmitiendo durante su campaña. Indicando que, con tono negativo, “si toda la Argentina pensara lo que vota, no estaríamos como estamos” el rabino expresó una idea que no puede ser tomada con liviandad.

Aunque el referente del oficialismo porteño no es el primero y tampoco será el último en afirmar eso, existen oraciones que una figura importante del ámbito legislativo debe cuidar porque pueden significar cosas de mayor gravedad que una sencilla oración.

Suponer que la gente que vota a los ganadores es la que no piensa, implica tres cosas: Que uno puede conocer a todo el electorado y cómo vota, que los sondeos de opinión son proyectables con la contundencia que afirmó el legislador nacional o bien que Bergman sabe cómo hay que pensar y que quien no elige así piensa equivocadamente, o que no lo hace.

Desde NCN, hacemos una aclaración para todo lo que sigue de la nota: No creemos que exista gente que no piense. Cuando mencionemos ‘no pensar’ estamos siguiendo el panorama lógico que presentó el candidato puntero en las encuestas entrevistado en Radio El Mundo por Pablo Wende.

Tomemos las palabras del referente macrista con la seriedad que su discurso merece.

 

Opción 1:

Analicemos la primera posibilidad de esa tríada. Suponer que uno -o Bergman, directamente- sabe a quien corresponde cada boleta en todos los sobres y que por eso uno puede ‘asegurar’ que no piensa cuando llena la urna es muy difícil de llevar a la práctica. Habría que controlar que los sobres ganadores fuesen completados por los que no piensan, se equivocan o, simplemente, no se interesan. (La discusión acerca del pensómetro político queda para más adelante).

 

Opción 2:

Guiándose por los sondeos de opinión, Bergman podría estar diciendo que los que aportan los votos a los partidos ganadores son estadísticamente menos interesados o pensantes pero más acertados (fuente que no mencionó). Vale, puede ser así. Ahora… esa argumentación no está refrendada por alguna encuesta que haya llegado a nuestra redacción.

Podría haber sucedido que Bergman dispusiera de un estudio de campo al cual NCN no accedió, sin embargo una aseveración tan delicada (veremos su sensibilidad cuando contemplemos la tercer opción) tendría que estar más fundamentada. Por lo menos la contundencia de las premisas de ese argumento deberían ser más notorias en la opinión del candidato con las chances más fuertes para ganar en Capital.

 

Finalmente, opción 3:

Existe una variable a la que hay que leer con más cautela que las otras dos. Esta tercer posibilidad tiene una delicadez extrema. Hay que ser cuidadoso al barajarla, o por lo menos con mayor atención en los discursos políticos (haciendo la salvedad y suponiendo que en un café valen opiniones que en un podio radial no).

Estas declaraciones del político Bergman podrían suponer que los votos que el pueblo decidió, obviamente en contraposición con su postura, han sido formuladas sin pensar. Recuperemos la frase: “Si toda la Argentina pensara lo que vota, no estaríamos como estamos” (el “como estamos” en tono despectivo).

¿Qué implica eso? Que la gente votó (sí) y que no pensó (también). En tanto que a través del caracter despectivo se desprende que estamos mal. Eso es delicado. Como estamos mal porque el electorado no pensó (de acuerdo a los parámetros de pensamiento del diputado), se abre una oración latente que fundamenta la anterior: el autor de esas palabras sabía cómo había que votar, la gente no eligió entre las opciones que Bergman consideraba pensables, y por eso estamos mal.

 

Reconocemos que desde NCN llamamos a Sergio Bergman (al mismo número telefónico con el que nos comunicamos la semana pasada por otro asunto), sin suerte. No nos atendió y no pudimos charlar con él acerca de este planteo. Por eso nos queda en forma incógnita el párrafo final.

¿Puede una sola persona apropiarse de la sabiduría y conducir al Soberano? Existen ejemplos claros.

 

ldominguez@ncn.com.ar

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