19 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

CONTRA LOS “TRAPITOS”

Después del asesinato contra un trapito cometido el domingo, el jefe de Gabinete anunció que volverán a intentar la prohibición de su actividad, tras haber fracasado en el intento hace tres años.

El jefe de Gabinete del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta anticipó que piensa reenviar a la Legislatura el proyecto para prohibir la actividad de los “cuidacoches”, conocidos en la jerga popular como “trapitos”.

“Tenemos miles de denuncias de aprietes, de autos rayados, que en los recitales pretenden cobrar más de lo que cuesta la entrada. Si un lugar es gratis, es gratis. Hay presión, hay mafias”, declaró el funcionario.

“Es un tema muy complicado”, definió Rodríguez Larreta ante los micrófonos de radio La Red y recordó que el gobierno porteño envió “un proyecto de ley para prohibir que se cobre a la gente para estacionar en lugares donde es gratis, pero la oposición no sólo no lo votó sino que aprobó otro que los blanqueaba y los permitía”.

“No logramos la mayoría en la Legislatura. El año que viene vamos a volver a insistir, porque no estamos de acuerdo”, insistió el funcionario.

“Me mataron, me mataron”

El último lamento de Daniel Flores, de 28 años, pronunciado el domingo mientras se desangraba hasta morir en la vereda del Zoológico, seguirá resonando por mucho tiempo en los oídos de los que presenciaron su agonía.

Un minuto antes había sido apuñalado sobre la Avenida Sarmiento, cerca del Zoológico, por otro joven que, después de una pelea a golpes de puño, le acertó en el corazón con su cuchillo.

El ajuste de cuentas se produjo cuando Flores estaba cobrando sus servicios a un automovilista, a unos 100 metros de la Plaza Italia. En esos momentos, otro joven inició una discusión con él, que prosiguió con un enfrentamiento a puñetazos. Flores ganó la pelea, pero el otro no aceptó la derrota, por lo que el ajuste de cuentas finalizó con una cuchillada y la muerte.

Voceros policiales informaron que Flores tenía antecedentes delictivos y formaba parte de los niveles inferiores de la barra brava de Boca Juniors. Los policías aseguraron que el asesino -que poseía un escaso sentido corporativo- también integraba la facción del grupo autodenominado “Jugador Número Doce”, que sangra para el club de la ribera.

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