19 de abril de 2024

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Para que el ciudadano tenga el control.

Despenalización de las drogas: ¿Qué es la política de reducción de daños? – Por Federico Addisi*

UN PROYECTO MUNDIALISTA PARA TODA LA REGION.

¿Qué es la política de reducción de daños?

Es un eufemismo empleado desde los centros de poder mundial (Open Society Fundation de George Soros por citar al que más promueve estas políticas) para calificar la despenalización del consumo de drogas. Y así lo refieren, porque ellos sostienen que sólo se trata de no castigar a aquel consumidor ocasional, social, o adicto que hace uso de drogas indebidas SOLO PARA USO PERSONAL. Ahora bien, la pregunta del millón y que los pro-drogas no pueden contestar es la siguiente: ¿De cuánta cantidad de droga hablamos cuando nos referimos al consumo personal? ¿Cómo encuadramos a aquellos que en su casa hacen acopio de droga objetando que es sólo para uso propio (dos plantas de marihuana por ejemplo)? ¿Cómo juega la tolerancia, la composición física de cada individuo para poder poner un parámetro de lo que se puede considerar uso personal de lo que no?

La despenalización  de drogas ha fracasado a nivel internacional. Aquellos países donde inicialmente fue aplicada vuelven a la política de penalización; el gobierno holandés admitió que la política de “permisividad” fue un rotundo fracaso. Y el ex embajador colombiano en Argentina, el Sr. Jaime Bermúdez, sostiene que en su país no sólo no se redujo el consumo sino que crecieron las mafias y los carteles.

El “Diálogo Interamericano” pedía legalizar el consumo privado de drogas. Tempranamente, el ex presidente de EEUU, Ronald Reagan firmó la “Directiva de Seguridad Nacional N. 77” que asignaba a la CIA la instrumentación del Proyecto Democracia (NED) y sus objetivos en los países Hispanoamericanos. Diálogo Interamericano emprendió su primera gran campaña por la legalización del uso de drogas en 1986, con la consigna de sustituir la guerra a las drogas con la “legalización selectiva” de los estupefacientes, término que hizo famoso su informe de ese año. Allí se reconoció abiertamente su afán de no reducir los ingresos provenientes de las drogas: “Librar la guerra a las drogas cuesta dinero. Lo que es más importante, resultará inevitablemente en la pérdida de divisas extranjeras que trae el comercio de drogas…(las cuales) son sustanciales para economías agobiadas por una gran deuda externa”.

En 1988 el informe incorpora ciertos giros semánticos, el más cómico de los cuales es el cambio de la expresión “legalización selectiva” por “legislación selectiva”; el informe repite: “Tal vez sea útil también comenzar a distinguir entre las diferentes drogas. Las actitudes sociales frente a la marihuana difiere mucho de la actitud frente a la heroína por ejemplo…Es más, hay una diferencia entre el daño que causa el uso de las drogas y el daño que resulta de su ilegalidad. Es prematuro pensar en legalizar drogas peligrosas, pero pudiera ser sensato examinar cuidadosamente todas las consecuencias probables, positivas y negativas, de la legislación selectiva”.

La narcolegalización se discutió de nuevo en una conferencia de prensa del 28 de abril de 1988, en la que el Diálogo anunció la publicación de su informe. Elliot Richardson, ex procurador general de EEUU e integrante de la Comisión Trilateral, dijo que la política ante el narcotráfico debe dictarla el “análisis de costo-beneficio” y no la moralidad.

Droga: La Comisión Trilateral, el Diálogo Interamericano y el Proyecto Democracia.

Aunque parezca mentira, la constitución del D.I y el Proyecto Democracia fue una creación de la Comisión Trilateral, a consecuencia entre otros factores de la Guerra de Malvinas. Los Centros de poder mundial con Kissinger, Rockefeller y Mc Namara a la cabeza no podían permitir brotes nacionalistas que desequilibraran el tablero de la geopolítica internacional. Había llegado el momento de reemplazar las hasta entonces serviles dictaduras militares –doctrina de seguridad mediante- por débiles, condicionadas y corruptas democracias. Pero las mismas debían subordinarse a una agenda preestablecida por el supracapitalismo. Las medidas del Proyecto Democracia fueron anunciadas como política oficial de Estados Unidos por Ronald Reagan en un discurso ante el parlamento británico.

El apoyo de EEUU a este plan no se limitó a lo anteriormente señalado sino que comprometió funcionarios de alto rango. A la fundación del D.I. el 15 de octubre de 1982 asistieron, el Secretario de Estado George Shultz, el Subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, Thomas Enders, el inefable David Rockefeller, Cyrus Vance y Elliot Richardson, a la vez que estaban representados los bancos Chemical Bank, Chase Manhattan, Marine Midland, Bank of America y Morgan Guaranty entre otros.

El encargo que recibió el P.D. en 1982 era simple, organizar redes supranacionales que operando en nombre de “democracias” pudiera controlar el nuevo esquema diagramado por los angloamericanos. El escándalo de Irán y los contras no estuvo ajeno a este entramado.

En 1986 los objetivos del P. D. eran: democratización del continente, desmantelamiento de las FFAA; desprestigio de la Iglesia Católica, derecho de la URSS a expresarse sobre una zona de influencia en América Central y legalización de estupefacientes.

En síntesis, la idea de despenalizar las drogas fue concebida desde los grandes centros de poder mundial, ya en la década del 70/80, en particular la impulsaba la Comisión Trilateral y el CFR. El D.I. y el P.D. fueron meros instrumentos de presión, lobbie, etc en post de esas políticas.

Finalmente, en la actualidad, el Open Society Institute de George Soros es quien financie e intenta ejecutar el proyecto en toda latinoamerica. Una de sus colaterales es la Fundación Beckley financia su propio proyecto MK-Ultra para promover las virtudes de las drogas sicodélicas, a través de becas de investigación al Imperial College y el University College, en Londres, y la Universidad John Hopkins en Estados Unidos, con el objetivo de mostrar que el MDMA, el LSD, y la psilocibina mejoran la salud mental. Feilding alega que los recortes de presupuesto en los servicios de salud, especialmente en los servicios de salud mental, hacen que sea necesario usar drogas sicodélicas en vez de tratamientos a largo plazo, y que a los siquiatras se les debería permitir recetar sicotrópicos. Uno de los principales aportantes a Beckley es justamente, George Soros.

Es fundamental, para entender que no se trata de una ley para “descriminalizar al adicto” ni nada por el estilo, que lo que se impulsa no es un proyecto para Argentina, sino para todos los países del continente.

La “coincidencia” del cruce de  miembros de todas las entidades plutocráticas, más las pruebas expuestas cronológicamente, hacen sobreabundante cualquier comentario:

  • Henry Kissinger. (CFR. C.T. Club Bilderberg).
  • David Rockefeller. (CFR. C.T. Club Bilderberg).
  • Mac Namara. (CFR. C.T.).
  • Samuel Hintignton. (CFR).
  • George Soros. (C.F.R .C.T. Club Bilderberg).
  • Amanda Feilding (condesa de Wemyss y March. Gran Bretaña).
  • Fernando Cardozo. (Ex Presidente de Brasil).
  • César Gaviria. (Ex Presidente de Colombia).
  • Ernesto Zedillo. (“ “          “   México).
  • Ricardo Lagos. ( “ “           “   Chile).
  • Juan Manuel Santos. (Presidente de Colombia).
  • Otto Pérez Molina. (Presidente de Guatemala).

Finalmente, no podemos sino coincidir con la postura de la Santa Sede en la reciente reunión sobre narcotráfico que se realizó en la ONU: “Las drogas no se combaten con más droga”. Por lo que despenalizarlas sólo agravará la situación crítica que hoy se vive.

(*) Historiador revisionista. Estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad del  Salvador. Además es Diplomado en Antropología Cristiana (FASTA) y en Relaciones  Internacionales (UAI). Publicó “San Martín, Rosas, Perón. Un homenaje a Fermín  Chávez” (2008); “Estévez. Vida de un Cruzado” (2009); “Raúl Scalabrini Ortíz. Sus libros  y sus enseñanzas” (2009); “Aportes al Bicentenario” (2011); “Historia de la Revista del  Instituto Juan Manuel de Rosas” (2013). Es columnista en “Noticias del Congreso  Nacional”. Como historiador, pensador y periodista siempre se manifestó estrechamente vinculado al Pensamiento Nacional y a la Doctrina Nacional del Justicialismo. Actualmente es el Director de Cultura de la Fundación Rucci de la Confederación General del Trabajo.

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