25 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Europa copia a la Argentina y la oposición se olvida de acusarlos de «infectadura»

La “segunda ola” y la reciente aparición en el Reino Unido de una nueva cepa del coronavirus, (al parecer mucho más contagiosa que las otras) puso en alerta a varios países del “viejo mundo” e incluso obligaron a tomar medidas precautorias que, ante la ausencia aun de una vacuna 100% efectiva, procedieron a lo que por el momento es el proceder más efectivo: el aislamiento social.

De esta manera las autoridades británicas, por caso, decretaron un nuevo confinamiento en Londres y en parte de Inglaterra, que afecta a un total de 16 millones de habitantes. Por su parte la OMS instó a sus miembros en Europa a «reforzar sus controles».

Fuera del territorio británico, se detectaron nueve casos en Dinamarca, uno en Holanda y otro en Australia, según la OMS. También habría un caso en Sudáfrica.

Suiza, a su vez impuso esta semana una cuarentena retroactiva de diez días para los llegados del Reino Unido y Sudáfrica, donde también se informó de una nueva cepa de coronavirus, desde el 14 de diciembre, prohibió la entrada de cualquier extranjero procedente de esos países y los viajes turísticos a ambos destinos.

Polonia impondrá el cierre de la vida pública, incluidos los comercios dichos no esenciales, desde el 28 de diciembre y hasta el 17 de enero para tratar de contener la pandemia

El cierre afectará al conjunto de la actividad comercial, con excepción de los supermercados y otras tiendas de productos considerados esenciales, entre esos días y durante unas tres semanas, previsiblemente.

Ante este escenario surge un interrogante que aún no encuentra respuesta: ¿Por qué si esto se aplica en nuestro país es tildado de “infectadura” e incluso hasta con el extremista eufemismo de “uso ilegal del terror sanitario”?.

Si hacemos un repaso, desde marzo hasta nuestros días, no hubo un sólo dirigente opositor que no lanzara algunos de los términos en cuanta entrevista o discurso público realizara.  En nuestro país la misma metodología de cuidado integral de la sociedad ante un virus totalmente desconocido fue tildada poco más de “dictadura”.

Vale un repaso fugaz por los dichos más resonantes en estos nueve meses de Pandemia:

“Infectadura” es el pensamiento de millones de argentinos ante las cuarentenas eternas” supo sostener el Diputado Luis Petri.

Por su parte, el mediático diputado Nacional, Fernando Iglesias, llegó hablar de “censura” al sostener en redes sociales: “Dice la #Infectadura que está prohibido hablar de #Infectadura”.

Como olvidar las marchas “anticuarentenas” que ex funcionarios como Patricia Bullrich o el ex presidente Macri fogueaban a través de twitter. «Somos millones los que vamos a salir a las calles” sostenían y ratificaban sentirse “orgullosos” de ver a la gente sin distanciamiento social, agolpada en plazas y calles durante el mayor momento de riesgo de contagio.

El diputado radical Diego Mestre posteaba que el Gobierno “intentaba destruir a nuestro país» aislando a la sociedad.

Aún vive en la memoria, o el archivo, la foto del dirigente radical y actor Luis Brandoni junto al exministro Hernán Lombardi separados por un “flota flota” en un “corralito de protesta” con distanciamiento social.

Situaciones varias que se sucedieron a lo largo de estos meses donde, basados en una falsa hipótesis de que el Gobierno solo quería “mentirle a los Argentinos”, desafiaban las mismas medidas que aplica hoy toda Europa.

Los idénticos procederes que calcan las principales capitales europeas, son las que renombrados infectólogos y médicos recomendaban (y siguen recomendando) en nuestro suelo, ante la irrefutable realidad de estar conviviendo con un virus desconocido, letal en algunas casos, altamente contagioso y carente de toda vacuna (o casi, dado los avances de la ciencia).

Ante este escenario, la oposición se sentía ofendida si alguien osaba de correlacionar aquellas manifestaciones con el objetivo de buscar rédito político. De querer, en medio de la tragedia, desgastar a un Gobierno que ganó de manera democrática con el 48,24 % de los votos. De leer entre lineas que aquello que se pregonaba contrario a las voces de expertos, era un desesperado intento de recuperar, mediante obscenos desafíos a las medidas de Salud Publica aplicadas con atino, un caudal de votos perdidos en las urnas por cuestiones que ameritan un análisis aparte.

Conceptos como “Libertad” eran emanados sin la menor preocupación, o mejor dicho, sin la más mínima honestidad intelectual de mirar el resto del mundo para entender que lo aplicado en éstas latitudes no era diferente.

Argumentos todos que se deshacen y caen por su propio peso, cuando las noticias del viejo mundo nos replican lo detallado en las primeras estrofas de este informe y el silencio se apodera de la misma oposición, otrora tan combativa.

En Polonia a las 7 am para cuidar la Salud Publica se decreta un estado de sitio y eso está bien.  Acá el Gobernador Axel Kicillof junto al Ministro de Salud, Daniel Gollan, sugieren autoaislarse para evitar un rebrote durante la fiestas y desde la vereda de enfrente se denuncia que “la Cámpora quiere controlar la vida de los bonaerenses”.

Distinta vara para medir lo que se hace en Europa y lo que acontece en nuestro suelo. Alemania “apura” a la Unión Europea para que las vacunas estén disponibles antes de Diciembre y entonces otra vez el silencio.  El Gobierno de Fernández hace convenios con los principales laboratorios para que Argentina tenga cuanto ante mismos resultados y se habla de que, en realidad, «están poniendo en riesgo a millones de argentinos vulnerables» y que todo se debe a una obsesión de Cristina Kirchner «por Putin y su dictadura”.

Esta es la seriedad que revierte a la oposición en la Argentina durante estos tiempos. Éste tipo de Política es la que intentará en pocos meses ganar las elecciones legislativas.  Y no se trata de estar de un lado u del otro de la grieta. No es una defensa del Gobierno actual, ni mucho menos. Porque hubo errores y gestiones equivocadas también en el oficialismo. Pero no es arena de éste costal.  Y acaso no amerita debate, porque es la misma oposición la que no plantea la discusión desde una perspectiva política y lo lleva al terreno de la salud.

Porque, insistimos, si en vez de “infectadura” o “uso ilegal del terror sanitario” plasmarían el descontento (si se quiere lógico) con el actual Gobierno desde otras esferas, entonces la cuestión cambia diametralmente. Pero no sucedió eso. Disfrazaron su disconformidad de lo acontecido en las urnas bajo la mentiros e insostenible bandera de un “erróneo actuar ante el COVID-19”.

Será cuestión entonces de reclamar, a los actuales dirigentes opositores, dos alternativas: La misma rigurosidad y efervescencia para criticar cuando las medidas de salud pública son aplicadas por países “modelos” como Inglaterra, Suiza o Alemania. O bien sincerarse y explicar a la sociedad toda que lo que se busca es desgatar, erosionar, desgranar  a cualquier costo, un núcleo de poder que, de no fracasar, será duro de enfrentar en las urnas. Por el bien de los argentinos y en post de tener una política más madura, más honesta, más confiable.

 

Para NCN por Juan José Postararo

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