18 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Hay que aumentar el número de pabellones evangélicos en las cárceles. Por Walter Ghione

Está comprobado que en situaciones de revueltas y motines dentro de los penales los sectores cristianos son los que garantizan la paz. Incluso ante la sobrepoblación y el accionar de bandas narcos, los pabellones iglesias son los que realizan un trabajo pacificador y de contención.

En los recientes motines de los penales de Coronda y Las Flores en la provincia de Santa Fe,  donde murieron cinco reclusos y hubo toma de pabellones, quemas de colchones y saqueo a las farmacias de las unidades, los pabellones iglesias fueron los que evitaron que se origine un espiral de violencia colectiva en toda la unidad.

En los sectores evangélicos dentro de las unidades carcelarias se replica un trabajo similar al que se realiza en los barrios más vulnerables,  basado en la conducta ejemplar y el modelo cordial de convivencia y se suma unordenamiento social. Allí, en los pabellones, se deben cumplir normas de conductas basadas en una práctica religiosa, en la disciplina y el orden. Por supuesto, siempre respetando las reglas impuestas por el sistema penitenciario.

Esta tarea social cuando es mancomunada con las autoridades y los trabajadores del penal, exhibe una nula conflictividad de los presos que se alojan allí, tanto entre ellos como con el personal penitenciario. Por eso entre otros puntos solicitados en nuestro proyecto pedimos avanzar hacia una política de mejor articulación con las autoridades carcelarias de todos los penales.

Nosotros no perseguimos como objetivo convertir las cárceles en iglesias, sino poder trabajar con los presos, que sin ser evangélicos, abracen conductas morales que mejoren la convivencia. En los pabellones iglesias se promueve el valor humano, tanto es así que por poner un ejemplo, en la cárcel de Coronda que presenta en general pésimo estado edilicio, en los sectores cristianos se mantienen condiciones dignas habitacionales producto del esfuerzo y el trabajo de pastores, pero sobre todo de los propios reclusos.

Es conocido, además, que cada vez son más los detenidos “convertidos” que eligen esta práctica religiosa y el camino de la fe, como una forma de vida para soportar el encierro y modificar sus comportamientos nocivos. Acá vale destacar que el trabajo de la iglesia evangélica traspasa los muros de las cárceles para brindar seguimiento a la persona una vez que cumple su condena y abandona el penal.

Desde las iglesias evangélicas creamos redes de contención para que este proceso de cambio continúe fuera de las rejas y puedan tener al salir de prisión una vida próspera, relaciones sanas con su entorno, sentido de pertenencia social y nuevos contactos que incluso le faciliten insertarse laboralmente.

Una realidad es que alrededor del  noventa por ciento de la población carcelaria es pobre, proveniente de los sectores de mayor vulnerabilidad y marginalidad de la provincia. Nosotros trabajamos allí, poniendo el cuerpo donde el Estado muchas veces está ausente, brindando contención y ayudando a superar y sobrellevar enfermedades, algunas crónicas, y también en la recuperación de adicciones.

Existe una constante expansión evangélica en la provincia, y sobre todo en las ciudades de Santa Fe y Rosario y este fenómeno social también tiene correlación en las unidades penitenciarias. En la cárcel de Coronda, hay 4 pabellones cristianos que representan aproximadamente el treinta por ciento 30 por ciento de la población detenida.

Allí hacen una excelente tarea el pastor Eduardo Rivello, pionero en este trabajo como también el Apóstol Oscar Sensini de la iglesia El Redil de Cristo, quien además en la actualidad tiene varios pabellones iglesias en diferentes unidades. Rivello y Sensini son pioneros en realizar este trabajo dentro de las cárceles de Santa Fe, desde la década del 80. Creadores de los primeros pabellones iglesia a comienzos del 2001, en la Unidad Penitenciaria de Coronda y figuras claves en la pacificación de la revuelta conocida como la “Masacre de Coronda”, en 2005.

Luego de este lamentable motín, donde la labor de los pabellones evangélicos fue esencial para evitar la propagación de la violencia y la resolución del conflicto, el reconocimiento de las autoridades penitenciarias y políticas de por entonces, hicieron que se fueran expandiendo estos sectores hacia el resto de las prisiones de la provincia.

Por todo lo mencionado, es que solicitamos se amplíe la cantidad de pabellones evangélicos en el sistema penitenciario y se avance en una mejor articulación con el servicio penitenciario de la provincia, que nos permita colaborar con la resocialización y la paz dentro de los muros

 

 

Diputado Provincial de Santa Fe del bloque UNO y pastor evangélico, Walter Ghione.