16 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Informe especial: La Historia detrás de la Cúpula

Hablar de la famosa cúpula que corona el edificio, nos remonta a 1889, por entonces la crisis no había llegado y el presidente era aún Juárez Celman, fue el quien envió al Congreso de la Nación un proyecto de ley que proponía como locación para un nuevo Palacio Legislativo la manzana comprendida por la calles Entre Ríos, Combate de los Pozos, Victoria (hoy Yrigoyen) y Rivadavia, frente a la necesidad de asignar al Poder Legislativo una sede definitiva.

La elección del lugar implicaba delinear un eje cívico en torno a la Avenida de Mayo, en cuyos extremos se situarían la Casa de Gobierno y el Cabildo histórico, por un lado, y el Congreso Nacional, por el otro.

El edificio se construyó luego de un concurso internacional de proyectos realizado en 1895, que fue ganado por el arquitecto italiano Víctor Meano.  Se inauguró en 1906, pero no se terminaría hasta 40 años más tarde.

 

Éste concibió el Palacio con diferentes escalas. La humana, que es la que se representa con el portal de ingreso. Luego la escala del edificio, por eso construye este casquete, para que las personas se encuentren contenidas, en un espacio más controlado.

 Y por último la escala monumental, la escala urbana que está representada en la cúpula verde que vemos todos, acaso su mayor acierto.  Un imponente estructura de ochenta metros de altura, que reforzó la monumentalidad del edificio y su valor simbólico.

La misma puede verse desde la Avenida de Mayo, en una perspectiva urbana inigualable. Su estructura reticulada de hierro se apoya en un basamento de cuatro pórticos y está revestida en cobre que, en contacto con la atmósfera, adquiere su color verde característico.

Cuenta con un diseño particular e inusual, más bien esbelta y alejada de los domos tradicionales de fines del Siglo XIX,  para que desde la lejanía causara un fuerte impacto asociado a la perspectiva.

Su interior está decorada con 24 esculturas que representan los oficios y las artes; tiene 24 ventanas alargadas (que se ven desde afuera); y 140 rosetones gigantes, 24 distribuidos en cinco niveles diferentes.

Meano la concibió como el casco de un barco, y a la que se puede subir por una estrecha escalera caracol. Y posee dos balcones, ambos muy finitos e imperceptibles desde la vereda. Uno de ellos se encuentra casi a mano de la base del pararrayos.

Desde su interior imposible no apreciar, a sesenta metros de altura, la bellísima araña de bronce de dos toneladas de peso, sin duda, la más imponente del Palacio.

Los historiadores de 1900 han dejado en sus escritos, matices para comprender la hazaña que requirió semejante obra: “la construcción de la gran cúpula central ha sido un trabajo notable de ingeniería; sólo los cuatro pies o pilares en que reposa tienen una superficie total de trescientos metros cuadrados de granito. Para afianzar esta cúpula y aguantar su enorme gravedad de treinta mil toneladas, ha habido que hacer, excavando en el suelo hasta diez metros más abajo al de la calle, otra cúpula al revés, también de piedra, que bajo los pies se ve como un enorme medio huevo, dando vértigo observarlo”.

Desde lo alto, se puede acceder al primer balcón externo, embellecido en su circunferencia con cuatro hojas de cobre de gran tamaño que, a modo de libro abierto, exhiben como sordos y mudos testigos, los orificios dejados por la lluvia de disparos lanzada desde los aviones militares durante la Revolución de 1955.

Cerca de ellos, acompañan la presencia corpulentos leones alados, que custodian una secuencia infinita de redondeles voluptuosos, que acaso no son otra cosa que unos tremendos ojos de buey, utilizados para iluminar la bóveda en fechas patrias o en ocasiones especiales.

La cúpula fue uno de los sectores que se reformaron conforme al plan rector arrancó en 2012 y su finalización está prevista para 2035. Un dato: pese al cambio de gestión en 2015, el proyecto no se discontinuó, y los especialistas están confiados en que esta política de revalorización sobre el Palacio continúe. Se realizaron 11 licitaciones públicas para llevar a cabo las obras, seis de las cuales ya concluyeron y cinco están en proceso.

En las obras que ya se realizaron, se llevan invertidos unos 60 millones de pesos. Algunos de estos trabajos se realizan con personal del Congreso y otros, con especialistas contratados especialmente para ese tipo de trabajo. Todo debajo del paraguas del PRIE: Plan Rector de Intervenciones Edilicias.

 

 

 

Para #NCN por Juan Jose Postararo

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