19 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Mensaje del Papa Francisco al jefe de gobierno

El Papa Francisco pidió hoy que Dios “ilumine y acompañe con su gracia a todos los  porteños, de modo que con el auxilio divino puedan ver cumplidas sus más nobles aspiraciones, y cooperen, todos unidos, en la construcción de una sociedad cada vez más fraterna, en la que nadie se sienta extraño o postergado».

 

El Sumo Pontífice se pronunció en esos términos en una carta enviada al jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri,  en respuesta a la misiva que el titular de la comuna le  había remitido cuando fue electo como máxima autoridad de la Iglesia Católica.

Mario Bergoglio

El texto del mensaje del Papa Francisco es el siguiente:

 

“Señor Ingeniero Mauricio Macri:

 

He recibido gustoso la amable carta que, con ocasión de mi elección a la Sede de San Pedro, ha tenido a bien enviarme, en nombre propio y del pueblo de la querida Ciudad de Buenos Aires, y en la que me recuerdan que rezan por mí.

 

Sus palabras me han traído a la memoria un sinfín de nombres, el rostro de no pocos niños y ancianos, las ilusiones de tantos jóvenes y matrimonios, las preocupaciones de los trabajadores y sus familias, así como las esperanzas y las penas de las personas sencillas y humildes, muichas de ellas pobres y desfavorecidas, olvidadas a menudo al costado del camino. No podré olvidar aquellos años que pasé recorriendo y evangelizando los hogares, la calles, las villas y los barrios de esa populosa ciudad, sobre todo las visitas que hice a los hospitales y a las cárceles para encontrar a los que más sufren.

 

Correspondo a esta delicada atención, pidiendo al Señor que ilumine y acompañe con su gracia a todos los porteños, de modo que con el auxilio divino puedan ver cumplidas sus más nobles aspiraciones, y cooperen, todos unidos, en la construcción de una sociedad cada vez más fraterna, en la que nadie se sienta extraño o postergado.

 

Con estos sentimientos, y a la vez que ruego sigan encomendándome a la materna protección de Nuestra Señora de Luján, imparto con afecto la Bendición Apostólica, prenda de abundante dones celestiales”.

 

Francisco

 

 

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