18 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Necesitamos un sistema impositivo en el cual paguen proporcionalmente más los que más tienen. Por Juan Carlos Alderete

Decir que vivimos en un mundo desigual no es una revelación. En el mundo 26 personas tienen la misma riqueza que los 3800 millones más pobres. O sea, 26 personas tienen una riqueza acumulada igual a la que tiene la mitad más pobre de la población mundial.

En medio de la pandemia, esta desigualdad económica se expresa crudamente a nivel mundial en aspectos materiales que son fácilmente visibles: Solo 10 países se han apropiado del 79% de las vacunas. Los países más ricos han comprado ya la mayor cantidad de vacunas que se producirá este año, mientras los más pobres no tendrán dosis para administrar ni a sus poblaciones más vulnerables.

En Argentina los 1200 millonarios más ricos tienen un patrimonio igual a 5 veces el PBI del país. Es decir, tienen una riqueza acumulada igual a 5 veces lo que el país produce en un año.Es decir que el 0,003 porciento de la población argentina, tiene 5 argentinas en el bolsillo.

Pero esto no solo es el resultado de una mala distribución, sino que hay un sistema que hace que esa brecha sea cada vez más amplia.

El %10 más rico del país concentra el %70 de la riqueza pero paga apenas el %8,5 sobre su renta disponible. Por otro lado, un trabajador que es alcanzado por el impuesto a las ganancias, paga hasta un %35 sobre esa muy mal llamada «ganancia» que en realidad es el salario. En Argentina, vivir de la renta o la especulación es más barato que vivir de tu trabajo o de la inversión en producción nacional.

Lo paradójico respecto de ese %10 de principales millonarios del país es que ellos hicieron gran parte de su fortuna sobre la base de la explotación de los recursos naturales (bienes comunes nacionales) y a través de la historia nacional han tenido muchas concesiones por parte des estado, como por ejemplo: condonaciones y estatizaciones de sus deudas, beneficios de las promociones industriales de la década del 70, fueron beneficiados de la patria contratista en los 80, participaron del remate y privatización de las empresas públicas durante los 90 y han aprovechado todos los procesos de valorización y fuga de capitales.

Estas riquezas las han cosechadas en gran medida gracias a esos beneficios que permitieron una sostenida transferencia de recursos de parte de la sociedad argentina en su conjunto a este sector de ricos, que representa al 0,003% de la población nacional.

Esta situación desigual queda aún más expuesta en este escenario de pandemia mundial que vivimos. Mientras cientos de miles en la argentina caen en la pobreza, empresarios como Marcos Eduardo Galperin, dueño de Mercado Libre, se convirtió en uno de los 400 más ricos del mundo y el multimillonario más rico de la Argentina con el beneficio de que su empresa fue favorecida por muchos años con las exenciones impositivas que da la ley de Economía del conocimiento.

El problema de los impuestos en la Argentina, no es que sea alta la presión tributaria sobre el conjunto, sino que el drama nace de una distribución desigual porque el mayor peso de esta presión tributaria está sobre el consumo y el trabajo y no sobre las rentas , las utilidades y los patrimonios.

Así es que solo el %12.9 de lo recaudado en impuestos proviene de la imposición de impuestos directos sobre rentas, ganancias y utilidades, siendo lo recaudado a través de impuestos sobre la propiedad patrimonial apenas el %0.6. En contraposición el %30 proviene del IVA y un %12,7 de otros impuestos aplicados sobre el consumo. Los aportes y contribuciones de la seguridad social representan el %24 de la recaudación.

Si sumamos lo recaudado en impuestos sobre el trabajo y el consumo vemos que representa casi el %70 del total de la recaudación impositiva.

En argentina paga más impuesto el trabajador y el que invierte en producción que el que pone su dinero en la timba financiera y que el que acumula bienes personales.

Para construir un país más justo que promueva la industria, la producción nacional y con salarios dignos, necesitamos un sistema impositivo en el cual paguen proporcionalmente más los que más tienen.

 

Juan Carlos Alderete es diputado nacional de CCC

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