OPINIÓN – «Infartos colectivos», por Claudio Hugo Naranjo*

El hombre se ha preparado desde siempre sobre la esencia del intangible mundo de los sueños; desde su aparición en la tierra los sueños son los durmientes del mundo interno. Es por ello que los sueños constituyen un singular punto de encuentro. Los sueños oníricos son el pensamiento que le viene al ser humano cuando se encuentra consciente con la diferencia que el pensamiento onírico son aquellos que se encuentran en el inconsciente. Por lo tanto, los sueños son pensamientos aleatorios del subconsciente humano.
En mis últimos dos libros he escrito sobre el inconsciente, en tres de mis personajes; y hoy me pregunto ¿cuáles serán los sueños que tienen en las noches los habitantes de este país? Como siempre ocurre en Argentina, a los argentinos que estorban, porque hay argentinos que estorban, generalmente son los ingenuos que piensan que en este país pueden obtener justicia, gente curiosa ésta, que a veces mueren por infartos colectivos.
Los sobrevivientes del último gobierno, aquellos que no murieron de infartos colectivos sueñan; sueñan que serán respetados sus derechos, que sus hijos y nietos verán definitivamente un país en donde la cultura del trabajo sea un premio, donde el estudio de calidad haya dejado atrás el deplorable estado de la educación de los últimos años. Sueñan con instituciones confiables y en donde la justicia no sea una ingenuidad de la población; que las FFAA vuelvan a ocupar el lugar que merece una Nación. Que las Fuerzas de Seguridad no sean más ‘cajas de la corrupción’; y en donde los políticos que los representan vuelvan a ser guías y ejemplos de la comunidad que los ha votado o no.
Un país serio, respetado, es aquel en donde sus gobernantes se comprometen con su pueblo; el gobierno actual ha dado indicios en todos los frentes que los sueños oníricos se pueden convertir en una maravillosa realidad. Una mujer, gobernadora de la provincia de Buenos Aires, lleva adelante una de las batallas más requeridas por la población, regenerar una policía y un Servicio Penitenciario que se autogobernaban, como lo ha manifestado ella misma.
María Eugenia Vidal se presenta en la escena nacional con la impronta de la rebeldía, de no asociarse al sistema corrupto que le dejo vivito y coleando Daniel Scioli; el ex gobernador es un hombre invisible, no porque no se vea, sino porque nadie quiere verlo ni oírlo. Scioli en complicidad con el gobierno nacional de la señora Cristina Fernández de Kirchner habían logrado robarles los sueños y conspirar en un sistemático infarto colectivo de toda una sociedad; se llevaron puesto hasta su propia tropa, los han dejado desconectados de la realidad; son como un pelotón fantasma perdidos en las islas del Pacifico, aún no se enteraron que perdieron. Deambulan por la gran ciudad como zombis en la macabra creencia que Cristina los saluda desde el balcón de la Rosada. Perdieron los sueños oníricos y pasaron de un sopapo a la perpetua pesadilla.
Eva Perón dejo entre muchas otras cosas, una frase conmovedora… “Como mujer siento en el alma la cálida ternura del pueblo de donde vine y a quien me debo”… La gobernadora Vidal tiene en sus manos la posibilidad de cambiarles radicalmente la vida a los bonaerenses, dijo… “No hay pactos de connivencia. Estamos para dar pelea, esta va a ser una pelea más y estamos dispuestos a transitarla”. La gobernadora también advirtió que la medida que adoptó «no es un desplazamiento de una cúpula, es mucho más» y agregó: «No creemos en las purgas; las purgas no resuelven los problemas, lo que resuelve los problemas es dar las peleas de fondo en contra de cómo funciona el sistema».
María Eugenia Vidal puede dar batalla porque tiene el incondicional respaldo del presidente Mauricio Macri… “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” dijo Arquímedes de Siracusa hace muchos siglos, y Vidal y su equipo lo intentan todos los días; ella sabe que la política sólo sirve en función del otro, del más necesitado. Tiene mucha claridad en transmitir que su paso por la política será la gobernación y que no aspira a saltar a la Nación, un buen gesto para la tranquilidad del presidente y de todos los bonaerenses.
Los argentinos sueñan con un mañana mejor…

*Claudio Hugo Naranjo

 Periodista-Escritor

@naranjo_claudio