Para defender bancas, Elisa Carrió deberá hacer una elección récord en la Ciudad

Elisa Carrió

Ni el rabino Sergio Bergman, 2013, ni la imbatible Gabriela Michetti, 2009 y ni siquiera Mauricio Macri, 2005. En ninguna legislativa de medio término en Ciudad, el PRO llegó a 35 puntos en una elección para diputados nacionales porteños. Así, hay alerta en el oficialismo: para defender 7 bancas que pone en juego en octubre, la lista que encabezará Elisa Carrió deberá superar largamente el 40%. Sería récord.

Una combinación particular hace que el oficialismo en la Ciudad deba renovar tantos escaños (7 sobre 13). Los cargos que se arriesgan son los obtenidos en 2013 y aquel año, el PRO y Coalición Cívica fueron por separado. Con Bergman de un lado y Carrió del otro (como referente de la alianza UNEN), obtuvieron 5 bancas cada uno; las 3 restantes quedaron para el Frente para la Victoria.

¿Por qué si entre ambos sumaron 10 ahora renuevan sólo 7? Porque hay 3 que entraron por UNEN, debajo de Carrió, y se «perdieron» en el camino de nuevas alianzas. Ya no se consideran oficialistas. Al menos de cara a octubre.

Una banca la sacó Martín Lousteau, que debió dejarla cuando asumió como embajador en Estados Unidos y a su vuelta ya lo ubican como opositor. Lo reemplazó Julio Raffo, muy cercano a Pino Solanas y que luego coqueteó con el massismo. Otra banca la obtuvo Alcira Argumedo, de Proyecto Sur como Solanas. Y la tercera la ocupa la radical Ana Carla Carrizo, que responde a Lousteau.

Elisa Carrió

Las cinco del PRO, en cambio, son puramente oficialistas. Con una particularidad. Ninguno de los 5 dirigentes que las obtuvieron en 2013 las ocupan. Entonces entró por el macrismo, además de Bergman, Jorge Triaca, Federico Sturzenegger, Silvia Majdalani y Laura Alonso. Todos se fueron a un cargo ejecutivo con la llegada de Macri a la Rosada. El rabino al ministerio de Ambiente, Triaca, Ministerio de Trabajo, Sturzenegger, Banco Central, Majdalani, AFI y Alonso, Oficina Anticorrupción.

Sus reemplazantes son más bien desconocidos: Marcelo Sorgente, Alicia Besada, José Luis Patiño, María Laura Lopardo y Eduardo Conesa. Este último tuvo minutos de fama. O más bien polémica: pidió un dólar de 26 pesos para que sea competitivo.

Además de 5 del PRO puro, Cambiemos renueva la de la propia Carrió y su ladero Fernando Sánchez, que tendrá un lugar asegurado en la lista. Fue una de las condiciones de la aliada privilegiada de Macri para subirse a la nueva pelea porteña.

Hasta que no se vote en octubre, igualmente, no se sabrá exactamente qué porcentaje requiere el oficialismo para salir al menos hecho. Si se dividiera proporcionalmente, cada banca requeriría 7,6 puntos y para las 7 habría que superar el 50%. Pero como el sistema de reparto es el D’Hondt, que divide votos de cada fuerza por números ascendentes y luego define el reparto, habrá que esperar hasta el conteo. Cuanto más pareja sea la elección entre Cambiemos, lista de Lousteau, kirchnerismo y eventualmente massismo o izquierda, más complicado será para Carrió llegar al bendito 7.

En el oficialismo se entusiasman con que la figura de la líder de la Coalición Cívica, más la historia del PRO en el distrito y aparato de la Ciudad en campaña los lleve a números récord. Los necesitarán si no quieren perder bancas en su distrito base.