24 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Para que el Batallón 601 sea “sitio histórico”

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad presentó un proyecto de ley en la Legislatura porteña para proteger y señalizar el edificio donde se planeó la represión durante la dictadura en Capital, que actualmente es remodelado.

Fue uno de los sitios de planificación y operaciones más importantes de la última dictadura cívico militar argentina, donde se planearon y dirigieron, en el marco del Plan Cóndor, intervenciones represivas sobre el Estado Plurinacional de Bolivia y países de América Central, lo cual le otorga un innegable valor histórico y simbólico, señaló el organismo porteño.

Las obras de remodelación del edificio, en Viamonte y Callao, a cargo de la Universidad del Salvador, avanzan rápidamente tras una demolición interna parcial.

El edificio, en Viamonte 1818 y que desde septiembre de 2005 tenía aviso de obra, salió a licitación en el último semestre de 2002 y su venta se concretó en enero/febrero de 2003.

Así, evadió la política de Memoria, Verdad y Justicia del presidente Néstor Kirchner, que asumió el 25 de mayo de 2003, para preservar aquellos lugares donde se vivió y planeó la represión.

Es importante entonces asegurar que la memoria sea rescatada para las presentes y futuras generaciones, particularmente si allí estudiarán y residirán transitoriamente futuros estudiantes de una universidad católica, que padeció víctimas del terrorismo de Estado de seminaristas, sacerdotes y autoridades eclesiásticas”,señaló la Defensoría del Pueblo porteña.

El proyecto se inscribe dentro de la Ley Nacional 26.691 de 2011, sancionada para laPreservación, Señalización y Difusión de Sitios de Memoria del Terrorismo de Estado”.

A principios de este mes, Organismos de Derechos Humanos denunciaron la irresponsabilidad de quienes permitieron que se esté modificando la estructura del edificio”.

Barrios por la Memoria y Justicia-Balvanera y Baldosas por la Memoria, pidieron la suspensión de las obras, preservando pruebas y valor histórico de los espacios donde se decidió la desaparición o muerte de miles de personas”.

Además se preguntaron: ¿qué clase de formación académica se impartirá a las nuevas generaciones, eliminando los vestigios de su triste rol histórico?”.

En una de las oficinas de este edificio de nueve pisos estuvo escondido el cuerpo embalsamado de Eva Perón y en otras, represores como Guillermo Suárez Masson planificaron los operativos represivos.

En febrero de 2000, el entonces jefe del Ejército, Carlos Brinzoni, anunciaba el cierre del Batallón y la futura venta del edificio, medidas que formaban parte del proyecto de reestructuración integral del área de Defensa, que tenía a Ricardo López Murphy como ministro.

El “Plan de Modernización para Mejorar la Calidad del Gasto del Ministerio de Defensa preveía, entre otras medidas de ajuste y cambios en la organización de las Fuerzas Armadas, la venta de más de 100 inmuebles.

Hoy el Batallón 601, nombre de guerra del Servicio de Informaciones del Ejército (SIE) y rebautizado como Central de Reunión de Inteligencia Militar por el ex jefe del Ejército, Martín Balza, funciona en la guarnición militar de Campo de Mayo.

La dimensión exacta del papel del “601 sólo apareció una década después del golpe, cuando se supo que estuvo Suárez Mason, comandante por entonces del Cuerpo I de Ejército.

También pasaron por el “601″, los llamados PCI -personal civil de inteligencia- Leandro Sánchez Reisse, implicado en varias operaciones de secuestros extorsivos y desapariciones, y Raúl Guglielminetti.

Los represores del 601 trabajaban en íntima conexión con los jefes de inteligencia del Primer Cuerpo de Ejército, quienes planificaban y realizaban los operativos, pero rara vez los detenidos iban a la sede del 601, con la excepción de las desapariciones de Laura Creatore y Carlos Capitman, secuestrados en la vía pública el 28 de marzo de 1976.

Otro caso de intervención del Batallón 601 es el secuestro y desaparición del periodista y escritor Haroldo Conti, el 4 de mayo de 1976 en su domicilio de la Capital Federal: cuando en noviembre de 1982 fueron detenidos en Ginebra, Suiza, tres miembros del 601 confesaron tener información sobre Conti.

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