20 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

«¿Quién es Facundo Jones Huala?», por Federico Addisi

Facundo Jones Huala tiene en su propio nombre la contradicción de un mestizaje que no acepta y le impide el normal desarrollo de su propio ser. Nacido en Bariloche el 9 de mayo de 1986 es el más grande de 6 hermanos. Le siguen Fernando, Fiorella, Fausto, Nicolás y Pirén, de 9 años. Es hijo de María Isabel y Ramón Eloy Jones Huala dedicado al trabajo en el Turf. Este lazo parental lo remonta a algún tío lejano de descendencia inglesa.

Según se pudo saber, Facundo concurrió a la escuela primaria hasta 4 grado y luego asistió salteado a la secundaria ya que se abocó en ayudar a su madre a ganarse el sustento. A los 11 años Facundo vivio la separación de sus padres, quedando bajo tutela de la madre. A tan temprana edad fue detenido por primera vez y durante los turbulentos días de diciembre del 2001 terminó preso por protestar con gomeras y piedras. Desde muy joven comenzó a militar en organizaciones de pueblos originarios y su ascendencia era evidente entre los suyos. En su juventud creó la RAM, organización que según la define el propio Huala, está compuesta por revolucionarios, anticapitalistas, antiimperialistas y antioligárquicos. Dicen no aspirar a la toma del poder del Estado “Huinca” (blanco) sino a reconstruir un territorio autonómico con poder en las comunidades a través de los lof entre su propia gente.

A mediados de octubre del año 2014 la justicia chilena pidió la extradición de Jones Huala acusado de ser el presunto autor intelectual e instigador del atentado incendiario ocurrido en el 2013 en el refugio de montaña Pisu Pisué de Río Bueno. Facundo nunca se presentó ante la justicia chilena y huyó a la Argentina donde fue detenido. En el día de hoy, la justicia se expidió sobre el pedido de su par chilena. El fiscal actuante Jorge Bagur Creta había planteado la extradición del dirigente mapuche por el incendio de una vivienda poblada y la tenencia de un arma de fuego de elaboración casera, dos de los cuatro delitos que le imputa la justicia trasandina. El juez federal Gustavo Villanueva decidió finalmente extraditarlo en medio de disturbios que se produjeron al escucharse un audio de Huala incitando a sus seguidores…”hagan lo que tengan que hacer”; amenazó.

En su ideario, o visión histórica del conflicto que lo tiene por protagonista; Huala cree que la Conquista del Desierto no ha terminado y que por ello los mapuches no dejarán de luchar por “su tierra”. Si bien es consciente que esto puede aumentar la represión de parte del Estado, no parece importarle demasiado ya que considera que se vive en un clima de persecución política donde el Gobierno es títere de las empresas trasnacionales como Benetton, Lewis, y otras. Considera que su detención es un caso testigo no solo para los indígenas sino que es un claro mensaje para todos los luchadores sociales. Afirma que se quiere reprimir a quiénes se levantan y exigen sus derechos. En particular sobre el pueblo mapuche, El Estado sabe -sostiene Huala- que los mapuches no dejarán de luchar y que desde el gobierno quieren avanzar con el “extractivismo”. De ahí que se valen de represión, tortura, judicialización, cárcel.

Para Huala, los gobiernos ven un peligro en la organización y levantamiento de los pueblos indígenas. La “recuperación” (usurpación) de territorios como el Lof de Cushamen de Benetton son acciones que cometen -según ellos- para materializar un derecho, porque consideran que no pueden estar veinte años sólo con una propuesta teórica, sino que tienen que garantizar la vida de sus hijos, materializar la vida en territorio, el ser mapuche. Y Benetton es el terrateniente más grande de la Argentina. Es uno de los reyes de la Patagonia y siempre ha tenido a las oligarquías criollas a su servicio. Benetton, como Lewis, son los verdaderos dueños del Estado, tienen más poder real que Macri. Sin embargo, Huala no plantea una ley contra la extranjerización de la tierra; por el contrario, desconoce al Estado Argentino y proclama la lucha armada.

En su retórica habla de sufrimiento; de una invasión y colonización forzada. Sostiene que fueron obligados a nacionalidades ajenas, ser argentinos o chilenos, cristianizarse, asumir formas culturales ajenas y luego ser mano de obra barata del colono rico, de los terratenientes, y ahora de las empresas extractivas.

Como solución a su problemática alienta a la rebelión porque es una situación colonial que tiene directa relación con el robo del territorio del pasado y que aún se mantiene. Afirma que fueron colonizados porque querían toda su tierra e imponer un nuevo orden político, económico y social. Y una expresión más de eso es el Estado en manos de élites. Desde hace más de un siglo el poder político, económico y judicial se articuló para desaparecer al pueblo mapuche.

Su visión fatalista de la historia lo lleva a creer que no se les permite ser mapuches, y que esta negación de la identidad tiene directa relación con las tierras. Según su lógica, la respuesta debe estar en las recuperaciones territoriales, algo básico como volver a la tierra donde dicen haber nacido, y luego avanzar en recuperaciones productivas. La idea de la continuidad de la Conquista del Desierto es recurrente porque según cree se mantiene una lógica de dominación y opresión colonial y capitalista. La lucha de clases dice presente en el pensamiento de Huala, algo que a priori pareciera alejado de toda cosmovisión ancestral. La hipotética contradicción no lo amedrenta y clama por la centenaria lucha mapuche. Primero con la Corona Española y luego con los estados nacionales. En un revisionismo difícil de comprender aduce haber perdido la independencia hace 130 años, mucho después de la Revolución de Mayo. Habla de territorio ocupado. Se proclama heredero de aquellas luchas del siglo XIX y ha decidido dar un paso más a partir de conceptos como autonomía, autodeterminación, territorio, liberación. Cita como ejemplo la recuperación de territorios que están en manos de grandes terratenientes y multinacionales. Admite, en lo que parece ser el talón de Aquiles de todo este tema que dentro del “pueblo mapuche” también hay diferencias marcadas…Y reivindica a su sector como más autonomista dentro de lo que es Puelmapu (territorio mapuche al Este de la Cordillera), lo que hoy se conoce como Movimiento Mapuche Autónomo, que plantea la reconstrucción del mundo mapuche mediante la recuperación de territorios. Pero cree en una coincidencia general; que todo el Pueblo Mapuche impulsa la reconstrucción de su mundo, y la expulsión de extractivas del territorio. Su anticapitalismo lo refleja en su creencia en reestablecer el equilibrio y la armonía de la tierra según visiones ancestrales porque las mismas alteran el esquema capitalista. Insiste que por su modo de vida no pueden no luchar contra el capitalismo y que no es algo inventado ahora, sino que viene de sus abuelos, pensamientos de sus antepasados, y que tienen como objetivo la liberación, la felicidad y bienestar de las futuras generaciones.

En propias palabras Facundo Huala dice: “Yo pertenezco a una organización o a un movimiento bien amplio, que es el movimiento mapuche autónomo de Puelmapu, donde dentro de él conviven comunidades, organizaciones y mapuches de diversas zonas; y también a una organización más radicalizada –si se quiere- que pertenece al movimiento, que es la resistencia ancestral mapuche, que han realizado acciones de sabotaje al capital y han sido reivindicadas. Algunas de esas acciones han sido reivindicadas incluso cuando yo estaba preso en Chile, aunque también me han echado la culpa. Pero el tema es que yo reivindico estas acciones y me reivindico parte de la organización, lo que no quiere decir que yo haya actuado en una situación particular o no. En los últimos años, ha habido un proceso de profundización de la conciencia mapuche. Entonces hoy realmente hay mucha gente de comunidades militando de alguna manera nuestro ser, y nos encaminamos en una propuesta, en un proyecto político revolucionario, ancestral y libertario.

Donde nosotros planteamos tajantemente un proceso de reconstrucción de nuestro mundo, reconstrucción del mundo mapuche, como camino a la liberación nacional mapuche. Mediante la recuperación de tierras productivas y sagradas, y el ejercicio del control territorial. Esa es más o menos la táctica que nosotros planteamos. Realmente en el fondo creemos que no hay una conciliación posible con los Estados opresores, colonialistas, capitalistas, burgueses de ninguno de los dos lados. Pero tampoco nuestro proyecto político habla de la toma del poder del Estado winka, ni de la construcción de un Estado propio. Sino que nosotros hablamos de un proceso de liberación nacional con nuestras pautas propias. El Estado en sí, esa concepción de organización político-territorial, es una concepción occidental. Nosotros planteamos la reconstrucción del poder de las comunidades, en las mismas comunidades, bajo nuestros parámetros ancestrales. En este momento, específicamente en el proceso de recuperación de tierras, se puede decir que del alambre para adentro no hay Estado. No existe el Estado argentino, no existe el Estado chileno. No existe tampoco la lógica de la propiedad winka.

Podríamos estar hablando de que existe una suerte de “zona liberada mapuche”, donde se reconstruye nuestra vida, ese es nuestro proyecto político; nosotros entendemos que hay una situación de confrontación, de contradicción, una situación dialéctica, en donde el mapuche oprimido está confrontando con el winka capitalista opresor. Lamentablemente, o inevitablemente, eso culmina con un proceso de -si se quiere- de revolución, de transformación radical de la realidad. Y esa transformación nosotros la llevamos mediante la recuperación de tierras. Es decir, saltar el alambrado y arrebatarle las tierras productivas al capitalista. Es un proceso revolucionario, porque ahí vamos reconstruyendo nuestro mundo”.

Y acentúa sus ideas revolucionarias cuando dice creer en un levantamiento real del “pueblo mapuche” en un camino de liberación nacional, como en el resto de las naciones oprimidas en un camino emancipatorio. Fatalista dice no temerle a la muerte porque si tiene una muerte heroica, luchando, irá con sus antepasados y eso lo considera honorable.

Admite ser el creador de la RAM y las relaciones con la CAM aunque dice no haberlo hecho solo. Plantea un proceso de construcción de autonomía, sin pedirle permiso al Estado aspirando a la destrucción del capitalismo. Dice haber estudiado y admirado la lucha de Salvador Allende en Chile, al que califica como proceso revolucionario por la vía electoral. Cita a Marx, al decir que los pueblos primitivos practicaban un comunismo primitivo. Y se proclama también deudor de los procesos revolucionario de Cuba, Vietnam, la China de Mao, o el estado plurinacional boliviano.

Y finaliza: “No me siento argentino, nunca lo voy a ser, por más que me obliguen. ¿Cuánta gente tiene doble nacionalidad? ¿Por qué no podemos ser una nación mapuche, regirnos por nuestras leyes y respetar al Estado argentino, pero sin ser parte de él?”

Finalmente la justicia ordenó su extradición. Bien cabe preguntarse; ¿esto pondrá fin a la violencia RAM o por el contrario producirá una escalada?

FEDERICO GASTON ADDISI.

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