SOS… 911… Salven nuestras almas, Por Claudio Hugo Naranjo*

*Periodista y escritor

@naranjo_claudio

SOS es la señal de socorro más utilizada internacionalmente. Popularmente, se cree que esta señal significa «Save Our Ship» («salven nuestro barco»), «Save Our Souls» («salven nuestras almas») o «Send Out Succour» («envíen socorro»). Sin embargo, SOS no es la sigla de ninguna frase y fue seleccionada por su simplicidad y universalidad, ya es hoy en el mundo, utilizada para todas las variantes en “socorro”. “Salven nuestras almas”, podría ser el epígrafe al pie de la tumba de los 114 ciudadanos asesinados en situación de robo en la provincia de Buenos Aires. Los datos revelan que en la provincia más grande del país, cada 54 horas, un delincuente mata a un vecino; en lo que va del año, ya murieron 114 personas en el transcurso de distintos asaltos. En el conurbano bonaerense hubo 89 crímenes, mientras que 25 fueron en las localidades del interior provincial. En La Matanza se cometieron 15 homicidios y 11 en Lanús. Ambos partidos encabezan la trágica lista.
En Argentina, como en otros países, el 911 (nueve-once) como se lo llama aquí, es una llamada de Emergencias; en países como Canadá, Estados Unidos y Uruguay suele funcionar. Aquí, por los dramáticos datos de las frías estadísticas, No Funciona. “Rosario Sangra” nos indica lamentablemente que a los rosarinos, tampoco le funciona. Las policías están corrompidas y putrefactas sus cabezas, cómplices de los narcotraficantes y delincuencia común, que en un combo perfecto con los políticos de cualquier ideología están permitiendo que asesinen a sus ciudadanos como en el Medellín de los ’80.
El “Salven nuestras vidas” o “Envíen Socorro” es un grito desesperado en señal SOS y al 911 que nadie atiende; los argentinos honestos, millones, se han comenzado a armar vertiginosamente en los últimos cinco años. Lo marcan las estadísticas. La gran mayoría no tiene la menor idea de cómo se limpia un arma, sólo saben que en casos de riesgos personales o familiares… hay que apretar el gatillo. Estos millones no nacieron ni serán nunca delincuentes, pero muchos, por la inacción del Estado, se están convirtiendo en Asesinos. El Código Procesal Penal, está delineado como un guante para los delincuentes, éste Código no contempla privilegiar primero a las víctimas; la víctima se convierte automáticamente, cuando ejerce su defensa personal, en victimario. Es la Justicia que tenemos, que nos dejo hasta hoy la democracia, que el kirchnerismo se encargo en lesionarla aún más; que Eugenio Zafaroni con su garantismo ayudo a que estemos hoy en esta situación de “Envíen Socorro”.
En las últimas horas el presidente Mauricio Macri habló sobre temas de agenda política y social de la Argentina: la inflación, los despidos, la recesión y los casos de linchamientos y justicia por mano propia. Y dijo algo que a los políticos tradicionales les molesta… “Nosotros reconocemos que hay inseguridad, antes nadie decía nada. Y quiero decir algo más, el carnicero debería estar en su casa con su familia, porque es una persona sana, querible, reconocida por la comunidad”, dijo el presidente en relación al caso del hombre que persiguió y atropelló en Zárate al hombre que ingresó a robar a su carnicería. Los ciudadanos aceptaron de buen agrado las palabras del Presidente, por fin alguien piensa en voz alta en ellos y se preocupa por la victima. El Presidente no hizo ninguna intromisión en el Poder Judicial, el Presidente hablo como quieren los ciudadanos que hable un Presidente.
Él sabe que deberá poner el cuchillo hasta el hueso, que no alcanza con las buenas intenciones, que deberá endurecer no sólo sus discursos sino que tendrá que tomar decisiones que sólo toman los hombres de principios claros y de fuertes convicciones; con la purga de las policías no alcanza, deberá sacar a las calles otras Fuerzas Federales comprometidas con los pensamientos del Presidente y lamentablemente deberá hace cesar de sus funciones algún funcionario. Él lo sabe y no dudará si es por la Paz y el Orden de todos los argentinos.