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Duro cruce

Mientras el Cuerpo Parlamentario debatía la sanción o no de un proyecto para repudiar los hechos de violencia de los últimos días y el accionar de las fuerzas policiales, la diputada porteña de SUMA + María Eugenia Estenssoro habló sobre el tema y se refirió a los jóvenes de La Cámpora que se encontraban en las tribunas del recinto y cuestionó sus festejos.

Estenssoro sostuvo: “por suerte no ocurrió en nuestro distrito” y explicó que todos los acontecimientos “manifiestan problemas sociales,  pobreza, desigualdad e inseguridad creciente” que implican un “llamado de atención”.

Su discurso viró y se referenció directamente a los jóvenes de La Cámpora que se encontraban en la tribuna para acompañar y saludar a la legisladora porteña Paula Penacca que asumió este mismo jueves en lugar de Alejandro Amor que se fue a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

“Cuando los jóvenes de La Cámpora festejaban y vibraban sus himnos, digo qué festejan”, manifestó Estenssoro desatando una ola de chiflidos y gritos.

Y agregó: “Les hablo a la cara y con el corazón, esa intolerancia al no dejarme hablar es un rasgo preocupante; en 1983 una de las cosas que teníamos conscientes era no odiarnos entre argentinos: debíamos superar el autoritarismo”.

“Escuchar es ser democrático; lo digo con respeto y con el corazón, es muy triste que a 30 años se hable de una degradación en el tejido social”, profundizó.

Conforme la diputada del interbloque UNEN presentaba sus cuestionamientos, la jefa de bloque del Frente para la Victoria, Gabriela Alegre, respondió a Estenssoro: “No hay mecanismo menos democrático que expresarse ante una tribuna que no puede responder”.

Estenssoro justificó su accionar: “Mirar a la tribuna es una señal de respeto. Hablo cara a cara con la gente”, aclaró.

Más tarde, dijo: “la extorsión social no tiene justificativo, pero si creemos que esto es solo un problema social, negamos la realidad, inflación, desempleo y desigualdad”.

Concluyó: “Reflexionemos sobre lo que pasó en nuestro país: es grave que haya tantas familias de luto. Las muertes en democracia no pueden tener lugar. La situación se agravará especialmente si quienes conducen la Nación no quieren mirar lo que pasa”.

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