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El Congreso quedaría paralizado hasta marzo del 2023

Pese a que todavía queda una semana de este año, está claro que ninguna de las dos cámaras sesionará, de hecho, los legisladores comenzaron a despedirse de sus despachos hasta marzo del año que viene, cuando inicie nuevamente el período de sesiones ordinarias con el presidente Alberto Fernández dando su discurso de apertura. Cabe hacer mención que depende, en parte, de la Casa Rosada un llamado a sesiones extraordinarias. En caso de que eso suceda, sería recién para febrero de 2023.

Si llegara el pedido de extraordinarias de la Casa Rosada no será antes de febrero, pero de ambos lados señalan que las posibilidades son bajas por las diferencias entre los bloques y la próxima campaña electoral.

Este año, Alberto Fernández llamó a sesionar en febrero para tratar un paquete de leyes económicas y no se logró ni una sola sesión, ni en Diputados ni en Senadores. Además, ante la imposibilidad de conseguir el quórum propio, el oficialismo tiene que negociar con los diferentes bloques y desde Juntos por el Cambio hoy no observan posibles acompañamientos. También está la campaña electoral. Aunque muchos sostienen que recién en marzo se conocerán quiénes realmente planean competir por la presidencia, los legisladores que buscan renovar sus bancas ya comenzaron a transitar sus distritos y lo harán con mayor vehemencia a partir de ese momento, por lo que será difícil asegurar la asistencia de todos a las sesiones. Por todo esto, los legisladores con mayor peso en el Congreso observan que es muy difícil el llamado a extraordinarias.

Por su parte, en el Senado, los legisladores de Juntos por el Cambio decidieron no asistir a casi ninguna de las comisiones, como estrategia parlamentaria. La intención era no avalar los temas con los que el kirchnerismo buscaba avanzar. Pero, como el oficialismo cuenta con el apoyo de un grupo de legisladores de bloques provinciales, en general alcanza el número y logra avanzar. En tanto, en Diputados los números son más parejos. El Frente de Todos es la primera minoría y Juntos por el Cambio la segunda. Sólo hay una diferencia de 3 diputados, 118 a 115, pero ninguno llega a los 129 que son necesarios para poder dar inicio a una sesión y aprobar una norma.

Por el lugar que ocupan en el recinto, los bloques del “centro” son los que terminan inclinando la balanza hacia un lado o hacia el otro.

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