27 de abril de 2024

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Para que el ciudadano tenga el control.

El llamado «Metrobús» de la Avda. 9 de Julio es una obra innecesaria

Nota de Opinion; Diputado Adriam Camps (PSA) El llamado «Metrobús» de la Avda. 9 de Julio es una obra innecesaria; ilegal, extremadamente costosa, que destruye el medio ambiente y el patrimonio simbólico y paisajístico de la Ciudad de Buenos Aires.

 

En realidad lo que se está construyendo no es un metrobús, son carriles exclusivos para colectivos que, con las mismas unidades, dejarán de circular por  las calles laterales para hacerlo por el centro de la 9 de julio. Destaco particularmente esta cuestión porque el proyecto aprobado por la legislatura en el 2008 se refiere a un servicio distinto, seleccionado por licitación, prestado con unidades especiales (tipo fuelle), impulsadas  por motores que utilicen tecnologías poco contaminantes. El metrobús, aún en estas condiciones, está considerada una solución secundaria frente en comparación con el subterráneo; particularmente en la áreas céntricas de la Ciudad.

 

En el caso del «metrobús» de la 9 de julio existe una superposición de la traza con la línea C de subtes que, como método de transporte ciudadano supera ampliamente al de superficie. Sí, a pesar de esta realidad, se insiste en la posibilidad de crear carriles exclusivos para colectivos; estos podían habilitarse prácticamente sin costo utilizando las calles laterales: Cerrito; Lima; Carlos Pellegrini y Bernardo de Irigoyen.

Existe una notable desproporción entre el beneficio que puede obtenerse mediante los carriles centrales; tal vez una reducción de 15 minutos de viaje en un tramo de 3 Kms frente al costo económico, ambiental, paisajístico, cultural, turístico que significa la destrucción de la Avda 9 de Julio para la Ciudad de Buenos Aires.

En términos económicos estamos hablando de una cifra de 166 millones de pesos. En comparación con el metrobús ya construído se cuadruplican los valores: 55 millones por kilómetro en la 9 de Julio contra 12,5 millones por igual distancia en la Juan B Justo. Para darnos una idea de la magnitud del gasto podríamos decir que con 240 millones de pesos se resulve el problema de las inundaciones en toda la cuenca del arroyo Vega

El obelisco, la Plaza de la República, las plazoletas y canteros que se distribuyen a lo largo y ancho de la Avenida 9 de Julio simbolizan la Ciudad y la Nación Argentina. En la plaza se encuentran el escudo nacional y los de todas las provincias. Las plazoletas llevan los nombres de los estados provinciales. La avenida recuerda el día de nuestra independencia.

La 9 de Julio, con sus símbolos y sus espacios verdes arbolados, es un orgullo para los porteños,  es la postal de la Ciudad con la que nos identificamos, tanto interna como externamente.

Más allá del aspecto simbólico, paisajístico y cultural, los espacios parquizados y los árboles conforman el principal  pulmón verde con que cuenta la Ciudad en su zona  céntrica. Nuestras calles en el  sur carecen prácticamente de arbolado. Los árboles de la 9 de julio aportan oxígeno, regulan la temperatura, disminuyen el riesgo de inundación, atenúan los ruidos y retienen las partículas contaminantes  del aire.

 

Si lo que se está construyendo no es un metrobús; si el ahorro en términos de tiempo de viaje podía lograrse habilitando carriles exclusivos para el transporte público en las calles laterales entonces ¿cual es la justificación para semejante daño al patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires? Ningún funcionario ha aportado respuestas sensatas a estas preguntas. Cabe deducir entonces que las verdaderas  razones están vinculadas al gigantesco negocio que harán algunas empresas con la realización de esta obra innecesaria.

 

Para arrasar las plazoletas se requería una ley de la Legislatura, sancionada por  la mayoría absoluta de sus miembros, con procedimiento de doble lectura (se vota una vez, se convoca a audiencia pública y se vuelve a votar). Si enviaban el proyecto no hubiesen conseguido la aprobación. Afortunadamente vivimos en democracia y existe la posibilidad de recurrir a la justicia. La Asociación de Abogados Ambientalistas interpuso un recurso de amparo y un juez ordenó suspender toda obra en los espacios verdes. Esto recién comienza, hay 166 millones de pesos en juego y un gigantesco poder de comunicación para tratar de explicar lo inexplicable. Mediante la difusión de la verdad y la movilización de la sociedad lograremos salvar a la Avda. 9 de Julio de la destrucción para que recupere todo su esplendor.

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