30 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Los barrios populares en tiempos de pandemia. Por Daniel Menéndez

El mundo, luego del estallido de esta pandemia, cambiará para siempre. Esto nos invita a repensar ciertos valores en nuestra sociedad. Frente al individualismo se ha levantado la figura de la solidaridad y el compromiso en la comunidad. También ha quedado en evidencia lo indispensable que es tener un fuerte sistema de salud pública, a lo largo y ancho del planeta. Por eso, quedan más claras que nunca las palabras del presidente al decirnos que nadie se salva solo. La salida para una pandemia de semejante dimensión es sin lugar a dudas una salida colectiva.

Por otro lado, resulta evidente que el impacto en los barrios más postergados se presenta de una manera diferente al resto de la sociedad. Hay dos aspectos importantes a tener en cuenta: con la imposición de la cuarentena, la «changa» disminuyó drásticamente, originando un recorte significativo de los ingresos en el barrio. Por otra parte, debido a las condiciones de las viviendas en esos sectores el aislamiento en los barrios tomó otra significación.

Frente a este escenario, el Estado ya ha tomado recaudos que nos llevan en una buena dirección en medio de la emergencia: el aumento extraordinario la Asignación Universal por Hijo, el lanzamiento del Ingreso Familiar de Emergencia y la decisión de recargar semanalmente la tarjeta Alimentar, son ejemplos de ello. Sin un Estado presente fortaleciendo los ingresos, la situación sería insostenible.

A su vez, el aislamiento en los barrios populares adopta una modalidad comunitaria. Allí, las organizaciones sociales cumplen una tarea fundamental de contención: por ejemplo, miles de personas a lo largo del conurbano bonaerense hoy están sosteniendo con un esfuerzo heroico los comedores, que ya reciben más del doble de personas que antes de la declaración de la pandemia, evitando así la ruptura del tejido social.

Quiero recuperar esta última idea: la militancia social es una tarea esencial que tal vez no se la reconozca en toda su dimensión. Aquellos militantes son los responsables de fortalecer los lazos comunitarios y estar en la trinchera dándole de comer a quienes más lo necesitan. El compromiso de cada uno de ellos es una de las herramientas más poderosas que tiene nuestro país para enfrentar los efectos devastadores de esta pandemia, como también lo ha sido ante todas las situaciones adversas que ha atravesado nuestro país.

Me llama poderosamente la atención qué en este escenario de crisis, donde la unidad es algo primordial para poder garantizar una buena respuesta a la pandemia, hay sectores que siguen apostando a la desunión, al crecimiento de una grieta. ¿Cómo puede ser que grandes empresarios acostumbrados a las ganancias siderales y que han recibido cuantiosos subsidios en los últimos años hoy despidan trabajadores? Es una buena noticia la respuesta del presidente Alberto Fernández ante tamaña falta de empatía con sus compatriotas. La solidaridad es prioritaria en un escenario como el que estamos enfrentando. Necesitamos del compromiso de todo el país para poder salir adelante y derrotar a este virus. Para ello, es fundamental que estos empresarios lo entiendan y acompañen el esfuerzo del resto de la sociedad.

*integrantes de SOMOS/ Barrios de Pie y subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local del Ministerio de Desarrolllo Social de la Nación

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