27 de abril de 2024

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Agustín Rossi: «Macri hizo del diálogo político una puesta en escena y es fulbito para la tribuna»

El ex ministro de Defensa y actual Parlasur Agustín Rossi afirmó que el gobierno de Mauricio Macri hizo del diálogo político «una puesta en escena» porque, mientras se sacaba una foto con todos los gobernadores en Olivos y recibía a sus rivales de las elecciones en la Casa Rosada, estaba preparando un decreto para hacer ingresar «por la ventana» a dos miembros a la Corte Suprema de Justicia. «El diálogo político es fulbito para la tribuna, ya que las decisiones se toman con otra lógica», enfatizó, al tiempo que sentenció: «Esta decisión hace en la práctica que el Poder Judicial deje de ser independiente, porque está a tiro de decretos presidenciales».

Ya en el rol de opositor, Rossi dijo que el peronismo debe ejercerlo «con responsabilidad y convicciones ideológicas». Sobre el pedido de internas que hicieron varios dirigentes del PJ, el actual diputado del Parlasur se mostró de acuerdo, pero advirtió que el kirchnerismo se debe una discusión interna para explicar el revés electoral en el ballottage y para asumir, al mismo tiempo, el desafío de reconstruir una nueva mayoría que lo vuelva a colocar en el poder en 2019. «Nos aplaudimos mucho entre nosotros y ahora debemos tener una mirada más amplia», analizó.

Rossi aseguró que seguirá activo en los debates sobre el futuro del PJ santafesino y, en ese contexto, admitió sus diferencias con Omar Perotti, el dirigente que encabezó las nóminas del peronismo en las últimas dos elecciones en la provincia. «No reconocer las diferencias sería un error, porque es muy obvia», resaltó, y reprochó la actitud del ahora senador nacional de no dar quórum en la última sesión en Diputados y de bajar al recinto en la Asamblea Legislativa para la jura de Macri, cuando el grueso de los legisladores del Frente para la Victoria (FpV) no lo hicieron en solidaridad con Cristina Kirchner.

—¿Qué evaluación hace de las primeras medidas del gobierno de Macri?

—La medida más gravosa, desde el punto de vista institucional, ha sido la designación por decreto simple de dos miembros de la Corte Suprema. En más de 150 años no se había hecho, es una práctica que corresponde a los gobiernos dictatoriales. No sólo suplanta el requisito constitucional del Senado y pasa por encima del decreto Nº 222, que firmó Néstor Kirchner para autolimitarse en la posibilidad de designar a los miembros del máximo tribunal. Esto hace en la práctica que el Poder Judicial deje de ser independiente. Estos dos señores (por Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz) propuestos para la Corte están a tiro de un decreto presidencial. Además, se da en el contexto de una fotografía, una puesta en escena del diálogo político con todos los gobernadores y los rivales de Macri en las elecciones. Eso es fulbito para la tribuna porque, mientras te invito a dialogar, te meto dos jueces por la ventana.

—¿Cómo imagina ahora al peronismo en la oposición?

—Tenemos que ejercer una oposición responsable institucionalmente y con convicciones ideológicas. Esto lo hicimos en las Cámaras de Senadores y Diputados, permitiendo, incluso teniendo mayoría, que Cambiemos ocupe la presidencia de ambas. Nunca aconsejaría lo que nos hizo la oposición en 2010, cuando dejó sin presupuesto a Cristina en 2011. Hace doce años Kirchner asumía diciendo que no iba a dejar las convicciones en la puerta de la Casa Rosada. Nosotros nos fuimos el 9 de diciembre con las mismas ideas, los mismos valores y las mismas convicciones que hemos sostenidos en todos estos años. Y nos vamos al lugar donde la sociedad argentina nos puso, que es ejercer el rol de la oposición.

—Luego de la asunción de Macri, varias voces han salido a reclamar internas en el PJ. ¿Qué opina sobre ese pedido?

—Me parece bien que las autoridades del PJ se elijan por el voto directo de los afiliados. No hay que tenerle miedo a la voluntad de los afiliados.

—¿Imagina a Cristina yendo a internas o tiene que ser un liderazgo natural?

—No creo que Cristina se involucre en la interna. Creo que la etapa que viene será más horizontal. Hay que parar un poquito la pelota y ver cómo vino botando en estos años, no para la autocrítica autoflagelante, o con malas intenciones, sino para generar reflexiones necesarias que nos permitan una nueva síntesis y avanzar en los próximos tiempos. Tenemos el desafío de reconstruir una mayoría popular y, para eso, debemos tener un espacio político que mire hacia afuera, que abra y extienda sus límites. Quizás durante este último tiempo hablamos mucho entre nosotros, nos aplaudimos mucho entre nosotros y ahora debemos tener una mirada muchísima más amplia. Y escuchar mucho.

—Máximo Kirchner, frente al pedido de internas, dijo que Cristina es la que sigue conduciendo el espacio y que el horizonte del peronismo era la plaza del 9. ¿Coincide con esa apreciación?

—Creo que hay que abrir y cualquier intento de achicar al PJ es incorrecto. La plaza del 9 es un punto de inicio, no de llegada. El valor del liderazgo de Cristina es incuestionable, pero entramos en una nueva etapa que exige más reflexión y argumentos. Hay que convertirse en un espacio más exógeno.

—¿En qué datos cifraría la derrota del FpV en el ballottage?

—Es muy difícil explicarlo. La verdad es que hay un activo enorme en ese 49 por ciento que sacamos, una legitimación de lo que hicimos durante doce años. Después, hay una cantidad de análisis que tienen que ser parte de las reflexiones. Personalmente, fui un crítico de los que decían que teníamos que cuidar las formas. Mi valoración es que la dirigencia política tiene que preocuparse más por el fondo de las cosas. Pero, si al final de la carrera, las formas te permiten tener dos puntos más y te hacen ganar la elección, bueno, entonces debo tener una valoración distinta. Siempre construimos un discurso muy rupturista, que quizás comenzó con la 125. Ese discurso fuertemente ideológico, tal vez, fue lo que nos permitió sostenernos en esos tiempos y producir las transformaciones que hicimos, fundamentalmente entre 2008 y 2010. Uno podría sumarle hasta 2012, con la recuperación de YPF. Ahora, ese discurso, esa forma, la última vez que tuvo legitimidad popular fue en 2011. No lo volvimos a tener en 2013 ni en 2015. Quizás también ahí haya que pensar cómo nos paramos.

—¿Qué rol ocupará ahora dentro del justicialismo santafesino?

—Somos una corriente política dentro de la provincia que cumplió diez años. Seguramente, vamos a intentar seguir estando y protagonizando los debates que el PJ de Santa Fe tenga que dar. Tuvimos una buena elección provincial que ha dejado al peronismo en buen lugar para los próximos cuatro años y trabajar para ser alternativa de gobierno. Me voy a involucrar directamente para ese fin.

—Recién hablaba de la buena performance del PJ a nivel provincial y en esas dos elecciones la cabeza visible fue Perotti, quien a su vez ha marcado diferencias con el mando del FpV a nivel nacional.

—Está claro que hay una diferencia. Yo no hubiese hecho ninguna de las dos cosas que hizo Perotti. Nunca hubiese dejado a mi bloque sin quórum y también me hubiese solidarizado con nuestra presidenta al no bajar al recinto en la Asamblea Legislativa. No es la primera vez que tengo diferencias con Perotti. En 2009 renunció a ser miembro del PJ, que conducía Néstor, por no estar de acuerdo con la 125. Tuvimos momentos de coincidencias y miradas distintas sobre una cantidad de temas. Pero no admitir nuestras diferencias es un error, porque es claramente obvio. Yo voy a buscar que el PJ de Santa Fe sea un partido comprometido con un pensamiento, que reivindique los doce años de Néstor y Cristina. Y esa discusión la voy a dar porque, si hay algo en lo cual tengo autoridad política, es decir que he dado todos los debates, inclusive cuando las corrientes de opiniones eran desfavorables.

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