26 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

LA DEBILIDAD DE LOS ASESINOS; por Claudio Hugo Naranjo*

La vida es causa y consecuencia de los actos de una persona. El dicho “ojo por ojo diente por diente” habla precisamente de esto, no significa que haya que vengarse y tomarse la justicia de la mano de cada uno sino que sufriremos exactamente las mismas consecuencias que hemos generado en los demás con una precisión absoluta. Simplemente esto ocurre porque el Universo tiende a compensar y equilibrar todos nuestros excesos con nosotros mismos y con los demás y a veces para comprenderlo necesitamos experimentar las consecuencias de esos excesos en carne propia.

El hecho de que las consecuencias no sean perceptibles de forma inmediata puede hacer que nos olvidemos de las causas que han generado esas consecuencias y aun haciendo una mirada retrospectiva puede que no alcancemos a verlas; es decir, lo que yo realizo ahora va a tener consecuencias a posteriori, claro que esta ley no se rige por unos parámetros precisos, perfectamente medibles, a veces ocurre que realizamos una determinada acción y no notamos sus consecuencias hasta que ha transcurrido un tiempo considerable.

Es exactamente esto lo que le está sucediendo a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el daño que produjo en la sociedad argentina en los años de sus mandatos fueron tan dañinos que hoy esa misma sociedad le está pasando facturas con precisión absoluta. Es notable ver en sus últimas presentaciones televisivas observar en ella un desconocimiento total de las causas y efectos que produjo en la sociedad.

Voy a disentir con varios colegas que aducen en la expresidenta un cinismo rayano con la crueldad; estoy convencido que Cristina no tiene capacidad de observación con respecto a una minuciosa retrospectiva de su vida. Me inclino -en términos clínicos- por graves y profundos nubarrones o puntos ciegos en su mente; la expresidenta debería en forma urgente someterse a estudios neurológicos ante la alarma de alguna crisis de su salud mental en los próximos meses.

Si bien, en muchas de mis columnas suelo ser irónico a la hora de adentrarme en la política doméstica, confieso que en esta oportunidad estoy haciendo un análisis de la salud de la candidata a senadora nacional por Unidad Ciudadana. El cuadro de demencia es inocultable, no sabe en dónde está física ni mentalmente, es un dron que viaja sin conducción ante la mirada absorta de los televidentes. Es patético y dramático en un mismo espacio. Su capacidad cognitiva ha desaparecido e ingresa recurrentemente en el estado más grotesco e irracional que pueda apreciarse.

En el poema “La debilidad de los asesinos”, Eluard Paul, el poeta de la Resistencia dice… “No se trata tampoco de los servidores de la cruz de ramas aplastadas por los tumbos del crimen de asesinos que han manchado la nieve y convertido las primaveras en cementerios… la suerte de éstos está echada”. Y Paul dantescamente, pareciera anunciarle a “La Reina” que su suerte ya está echada. No solo se anuncia una derrota aplastante en la provincia de Buenos aires, sino que se precipitan causas judiciales en las cuales Cristina terminara sus últimos días en una cárcel. El guarda del tren dice en Constitución ante la inminente partida del convoy… “Hasta Ezeiza parando en todas”, ese es el destino inexorable de la ‘abogada exitosa’.

Sus tropas diezmadas suplican “Dios salve a la Reina”, son las últimas bravuconadas de los responsables del gobierno más corrupto de la historia; la sociedad argentina ha tomado una decisión crucial en la vida de la ahora “peronista” Cristina, ignorarla el 22 de octubre y exigir su prisión. La expresidenta camina lentamente por la cornisa de la vida, el abismo de la historia… está al caer.

*Periodista-Escritor

@naranjo_claudio

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