28 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

«Límites de la impunidad»; por Alejandra Martinez*

César Milani fue detenido el día de hoy en el marco de la causa que investiga los secuestros de Pedro Adán y Ramón Alfredo Olivera en La Rioja. Esta detención representa el comienzo del fin para la impunidad del General, que también participó de la desaparición del soldado Alberto Agapito Ledo en Tucumán y sobre el que pesan graves acusaciones de enriquecimiento ilícito y espionaje interno.
El caso de Milani representa un punto de inflexión en el proceso de verdad, memoria y justicia de nuestro país. Su ascenso a Jefe de Estado Mayor del Ejército, durante el gobierno de Cristina Fernández, demostró que las consignas del kirchnerismo en la materia siempre estuvieron vacías. Milani, un represor genocida, fue encumbrado como máximo responsable de las Fuerzas Armadas por aquellos que blandían las banderas sagradas de la democracia con cinismo y frivolidad.
No puede asombrarnos esta indolencia. Los Kirchner jamás se interesaron por los derechos humanos. No presentaron ni un hábeas corpus durante los años de plomo, contentándose en cambio con amasar una fortuna a partir de las ejecuciones hipotecarias de la circular 1050 del Banco Central. Personalidades de su espacio, como Eugenio Zaffaroni, Héctor Timerman y Alicia Kirchner, ocuparon cargos de importancia durante el Proceso. Y el peronismo llegó a apoyar la autoamnistía de los represores con Ítalo Luder. Debemos preguntarnos si aquellos habrían sido siquiera juzgados de no haber mediado el coraje de Raúl Alfonsín y de una sociedad que dijo nunca más.
Milani fue el primer hombre de la inteligencia militar al frente del Ejército en toda la historia de la fuerza. Fue apoyado incondicionalmente por el kirchnerismo, y sostenido por organismos de DDHH, ya que prestaba un servicio muy concreto: el espionaje de periodistas críticos y opositores políticos al FpV. Así lo denunció Gerardo Morales en su momento, además de señalar el enriquecimiento ilícito del General y la falsedad de sus declaraciones juradas.
El entonces Senador Morales también aportó elementos sobre la participación de Milani en delitos de lesa humanidad –tales como la desaparición de Ledo durante el Operativo Independencia y el secuestro de Ramón Olivera-. Y, junto a Morales, la UCR se opuso a los sucesivos ascensos de este genocida, que fueron impulsados por el kirchenrismo con tácticas tales como el tratamiento conjunto del pliego con otros cientos.
Pero la impunidad no puede perpetuarse mientras existan personas dispuestas a combatirla. Ése es su límite. Y por eso hoy debemos celebrar que Milani sea detenido, y que la verdad histórica vuelva a reflejarse en un proceso judicial, como en los ochenta. No podemos olvidar nuestro pasado sin comprometer nuestro futuro. De eso se trata la política de la memoria, más allá de que algunos hayan tratado de mancharla con corrupción y banalidad. Milani debe responder ante la Justicia, y debe hacerlo frente a todos los argentinos. Por Ledo, por los Olivera y por nuestra aún joven democracia.

*Diputada Nacional

Deja una respuesta