Los gobiernos locales en red al servicio de ciudades innovadoras, sostenibles, inclusivas e igualitarias. Por Fernando Gray
Los efectos de la pandemia han puesto de relieve un axioma que debe conducir la vida en las ciudades: los gobiernos locales, las comunidades, los actores sociales, políticos y económicos y el entorno deben coordinarse en una relación de equilibrio para garantizar la sostenibilidad de los territorios. Sin embargo, también se manifestó más enfáticamente la necesidad de articularse entre las ciudades y cooperar unas con otras en red para construir regiones solidarias, capaces de crecer sosteniblemente.
En este sentido, los gobiernos locales, en tanto la primera institución política que actúa como órgano tutelar de la vida civil y democrática, se han resignificado y ha tomado mayor dimensión su protagonismo para catalizar las necesidades ciudadanas. Tal como plantea el lema de la reciente XXVI Cumbre de Mercociudades celebrada en Esteban Echeverría, “los gobiernos locales siempre estamos”.
Cuando, en 1972, la Asamblea General de las Naciones Unidas fijó en la agenda internacional el Día Mundial del Medio Ambiente para destacar la relevancia de la protección y salud ambiental, fue un punto de inflexión para la
humanidad y su entorno, pero lejos estábamos del escenario apremiante que debemos enfrentar en la actualidad. En este contexto, las ciudades se han visto especialmente afectadas y se acentúa cada día más por el proceso de urbanización.
Por eso, resulta prioritaria la articulación entre las metrópolis, las ciudades intermedias y las periféricas de Latinoamérica para luchar por una agenda de acciones de vanguardia que garanticen el derecho a una ciudad inclusiva, saludable, sostenible e igualitaria.
La pandemia ha exacerbado inequidades, diversas formas de violencia, así como el acceso desigual a la información, el conocimiento y la tecnología y la vulnerabilidad de la ciudadanía azotada por el desequilibrio ambiental, como la zoonosis, entre otros desafíos. A la luz de este escenario, las ciudades debemos forjar lazos de colaboración y horizontalidad que favorezcan nuestras potencialidades y capacidades para avanzar en políticas de cooperación política, técnica y económica.
Desde Mercociudades, articulamos estrategias de posicionamientos en los ámbitos regional y global, tal como actuamos con el documento que formalmente presentamos ante la COP 26 en Glasgow. Asimismo, nos proponemos lazos de colaboración técnica para fomentar el intercambio de políticas, procedimientos y experiencias. Y, además, incentivamos acciones de integración productiva entre las ciudades y con otros actores externos. En virtud de ello, la actividad mancomunada, la colaboración y la solidaridad constituyen los ejes medulares de esta gran red latinoamericana.
Los gobiernos locales buscamos garantizarles a las nuevas generaciones ciudades vivibles en paz y armonía entre las personas y con la naturaleza y el entorno. Entendemos que las grandes transformaciones se producen desde lo local a lo nacional, de lo nacional a lo regional y de lo regional a lo global. Por ello, nuestra misión es continuar en la integración dentro de la red y con otras redes en una gran homeostasis regional.
La centralidad de los gobiernos locales ha sido determinante para capear la tormenta de la crisis y responder a los nuevos desafíos que se avecinan, por lo que cuatro premisas deben dictar el rol del Estado local ante este escenario: vanguardia, proactividad, transparencia e integración.
De este modo, en Mercociudades, diseñamos e implementamos acciones, proyectos y programas que profundizan las políticas de inclusión con perspectiva de género y diversidad. Asimismo, nos urge garantizar la accesibilidad a la información, la comunicación democrática y una participación ciudadana de todas las identidades y colectivos.
Por eso, nos focalizamos en el fortalecimiento de la gobernanza para articular a toda la ecología de actores que forman parte de las ciudades. Debemos intensificar los esfuerzos por desarrollar territorios que garanticen justicia social, ambiental y climática, igualdad, sostenibilidad y una democracia participativa.
Mercociudades es el portavoz de las ciudades latinoamericanas en relación de hermanamiento para que tanto metrópolis como ciudades intermedias y periféricas se integren para forjar objetivos comunes en pos del bienestar de la comunidad y sus entornos.
El Cono Sur se ha visto más afectado que el hemisferio norte y lo hemos advertido con la producción y distribución de vacunas. Y esto se reproduce en múltiples desigualdades de toda índole, que se sintetizan en las ciudades periféricas. En este sentido, aprendimos muy bien que ninguna persona, ningún gobierno, ninguna nación se salva sola. El rumbo es pensar colectivamente, en vínculos de paridad y solidaridad para la construcción de una región pujante.
Y buscamos ampliar los horizontes de Mercociudades y convocar más ciudades, llevar a cabo más iniciativas y celebrar el protagonismo de las juventudes, las mujeres y las disidencias. Nos moviliza la decisión de levantar ciudades integradas en las que rija la paridad entre géneros, generaciones, etnias y culturas en todos los ámbitos de la vida comunitaria.
En el mismo sentido, es preciso luchar por reducir las asimetrías existentes en la accesibilidad a la información para las personas con discapacidad. Debemos propiciar ciudades que comuniquen democráticamente y en clave de igualdad e inclusión para que todas y todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de participación, expresión y desarrollo.
Para este escenario de post pandemia, debemos trabajar por ciudades inclusivas, igualitarias, accesibles, integradas y libres de violencias. De lo local a lo global, el camino es proponernos una vida en democracia participativa, igualitaria y cooperativa. Y, en el mismo sentido, actuar entre todas las ciudades para lograr que nuestros territorios se conviertan en espacios de innovación, vanguardia y justicia social y ambiental a la luz de la ciencia y los nuevos avances tecnológicos que solo propicien simetrías y oportunidades para todas las personas en armonía con el planeta.
