26 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

El Secretario de Agricultura de la Nación defendió proyecto de ley agrobioindustrial en el Congreso

Fue durante el plenario de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Industria de la Cámara baja presidida por Ricardo Buryaile de la UCR y Marcelo Casaretto del FdT en donde se presentó Juan José Bahillo.

Allí se trató el proyecto de ley de agrobioindustrial, una de las leyes que el flamante ministro de Economía, Sergio Massa, pidió que fuera sancionada. El proyecto fue enviado por el Poder Ejecutivo en noviembre pasado. El mismo pretende, a través de la incorporación de inversiones y de mayor tecnología, lograr una mayor industrialización en la actividad agropecuaria de la que se derive un mercado exportador con mayor valor agregado.

Antes de la exposición del Secretario, el presidente de la comisión agradeció a tanto a Bahillo como a los demás funcionarios y las cámaras presentes (referentes de las diversas áreas del campo) enfatizando que “el compromiso es trabajar para tener la mejor ley posible que contemple las necesidades de los productores y de un funcionamiento adecuado del Gobierno para avanzar en mejoras y en propuestas de mejoras al proyecto en cuestión”.

El legislador radical destacó que en la cuarta reunión se invitarán a técnicos especialistas “en la cuestión impositiva para que analicen la iniciativa y opinen específicamente sobre el mismo”. Y antes de pasarle la palabra a Casaretto, manifestó: “Queremos avanzar ya en aspectos técnicos. Tenemos objeciones y algunos puntos que, esperemos, podamos avanzar en un dictamen de consenso. Pero la vocación nuestra es darle al sector productivo y al Gobierno una herramienta que les sirva y no que declame”.

Por su parte el diputado oficialista apuntó a que la iniciativa fue presentada por el Poder Ejecutivo y que «fue el extitular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien nos pidió cuatro leyes que estaban pendientes de aprobación en el Congreso. Tres de ellas ya tienen aprobación: la ley automotriz, la ley de bio y nano tecnología y la de construcción privada. Esta sería la cuarta ley de las que nos pidió Sergio Massa al momento de asumir. Nuestro objetivo es avanzar con el tratamiento y la sanción de la ley”.

El legislador entrerriano comentó que el objetivo principal de la iniciativa es “captar inversiones, en este caso del sector agropecuario e industrial; generar valor agregado en la Argentina lo cual genera ingreso de dólares; en algún caso sustituir importaciones y en otros casos fomentar las exportaciones. El proyecto original tenía un objetivo de 2030 de llegar a 200 millones de toneladas”. Y concluyó: “Vamos a trabajar para generar los consensos necesarios en torno a una ley que es un elemento valedero para que la Argentina tenga un proceso virtuoso de inversión en el sector privado y de crecimiento y de creación de empleos”.

Cuando le tocó hablar al flamante Secretario, manifestó que “uno de los aciertos es el título que tiene el proyecto de ley sobre el Régimen de Desarrollo Agroindustrial Federal, inclusivo, sustentable y exportador. Esos cuatro términos, de alguna manera, se explica por qué nosotros respaldamos la iniciativa”.

Asimismo enfatizó en que “este proyecto busca consolidar a la Argentina como elaborador de alimentos y como un jugador importante en la comercialización de alimentos a nivel mundial, tanto de origen vegetal como de origen animal, y en todo lo que es la exportación y el desarrollo de lo que es la agrobioindustria y la exportación del biodiesel y la promoción del desarrollo de lo que son las economías regionales”.

Por otra parte señaló que las economías regionales “no están debidamente visibilizadas y reconocidas y son tan importantes como las actividades que se generan en la región centro. Son todas importantes, pero indudablemente las economías regionales no tienen esa visibilidad”.

El funcionario del agro también destacó que “hay que incorporar, y el proyecto lo plantea, una mirada de agro cadena tanto agroalimentaria como agroindustrial. Muchas provincias reflejan lo que son las cadenas de valor y todo lo que eso genera en el interior de los pueblos y provincias, porque el nivel primario de producción está asegurado por dos cuestiones. Por un lado, porque tenemos la mayor cuenca fotosintética del planeta por lo cual tenemos las condiciones objetivas y naturales para el desarrollo de la agricultura por la eficiencia, el conocimiento, profesionalismo, incorporación de tecnología y compromiso que tienen los productores. Una superficie de siembra que no se puede extender, pero con las nuevas tecnologías podemos tener una duplicación del área sembrada a partir del doble cultivo, pero eso no significa no poder tener mayores niveles de producción”.

Un punto clave fue el acento que puso en el mejoramiento de las semillas. Al respecto explicó: “el valor agregado que hay atrás de un grano de maíz es realmente importante. El desarrollo que hay en nuestro semillero en los eventos de mejoramiento genético, en la biotecnología, en el desarrollo satelital, en todo lo que es vinculación de la ciencia y tecnología de maquinaria agrícola. Todo eso no es el mismo grano de soja o lino que exportábamos en los 70, ahí hay muchísimo valor agregado. Cuando transformamos la proteína vegetal en animal, el maíz, carne de pollo, huevo, en Entre Ríos es una de las provincias que importa maíz no le alcanza el que produce para transformarlo en carne aviar, porcina, vacuna. Importamos alrededor de 800 mil toneladas al año de la provincia e Córdoba, lo que esto genera en nuestra provincia es muy importante: 33 mil puestos directos de trabajo en un empleo registrado privado de 150 mil empleos privados registrados en lo que es cadena de maíz y atrás de eso viene todo un desarrollo de la industria que hace de soporte de insumo y suministro para lo que es la tecnología de los galpones”.

Y subrayó: “El 75% de las exportaciones aviares salen de Entre Ríos cuando solo tenemos 16% de las plantas frigoríficas. Esto habla de la tecnificación por la habilitación que tienen el proceso de habilitación de plantas de los países de destino”, informó Bahillo y precisó que “esto genera un círculo virtuoso que le permite, entre tantas economías que la provincia, un nivel de actividad y de empleo del interior muy importante”.

En este marco apuntó a la soja que se produce en Santa Fe y Córdoba a través del biodiesel sosteniendo que “el objetivo de la ley es transformar esa proteína vegetal en animal”. Asimismo mencionó la producción láctea de esas provincias destacando que “tienen un grado de tecnificación y producción realmente importante. Lo que aporta en arraigo y desarrollo de la industria agroalimentaria lo cual provoca todo un encadenamiento que da mucho trabajo a muchas PyMes. En eso se ve la importancia de lo que es ver al sector bajo la mirada de cadena agroalimentaria y agroindustrial integrada por cada una de esos eslabones con una distribución de los ingresos que genera esa cadena, de forma armónica y sostenible de esos eslabones y evitar que haya sectores dominantes”.

Otro punto que marcó como relevante es “el eje federal del proyecto porque si hay algo que vamos a conservar en el país, tal como indica la Constitución, es la promoción y las políticas activas para el desarrollo de las economías regionales. Desarrollando este tipo de economías es que vamos a tener políticas productivas federales, vamos a conservar a nuestros jóvenes en el interior, vamos sostener las economías de los pueblos del interior y de los gobiernos provinciales y vamos a tener un desarrollo como Nación por eso es importante no perder de vista este concepto federal más ligado a las economías regionales”.

Al explayarse sobre el eje que evoca a lo “sustentable”, el ex diputado sostuvo que “estamos de acuerdo porque la producción tiene que seguir mirando permanentemente lo que es el ambiente que nos rodea. No podemos pensar en producir más y mejor, si no conservamos y cuidamos el ambiente”. Pero aclaró: “Tampoco tenemos que tener una postura que nos inmovilice, el ambientalismo a ultranza nos inmoviliza y no nos permite avanzar en políticas que sinteticen la producción y la preservación del ambiente. Si nos paramos en ese lugar y nos inmovilizamos no empezamos a dar respuesta a muchas de las cuestiones”.

Fue aquí en donde declaró que existe un “fuerte vínculo en cada discusión técnica que se tenga en la secretaria de Ambiente con los sectores productivos junto a funcionarios de ciencia y técnica y de economía del conocimiento que estén sentados cada vez que discutamos políticas productivas porque el desarrollo del conocimiento, de nuevas tecnologías tiene que estar vinculado fuertemente con los procesos productivos para impactar menos y ser más eficientes y tener mejores costos y mayor volumen”. Y resaltó:“El conocimiento tiene que estar presente de manera muy activa cuando discutimos políticas productivas”.

En cuanto al último eje del poyecto, el exportador, aseveró que “hay que salir de falsas dicotomías, de mercado interno y externo. Tenemos que salir por arriba con más producción y con más tecnología y con más eficiencia. También es administrando sanamente las producciones que genera el mercado interno con el externo mientras vamos creciendo porque no hay que descuidar a ninguno de los dos, pero no hay visiones contrapuestas. Cuanto mayor producción haya, mejor tensión habrá”.

En cuanto al último explicó para concluir su posición favorable: “El eje inclusivo es el rol de la política porque tenemos que buscar un mejor país, una mejor Nación, que sea más justa e igual, que generemos las políticas para el desarrollo de todos los sectores productivos para que generen riqueza, valor agregado. Ese crecimiento en el nivel de la actividad económica, esa rentabilidad necesaria e imprescindible que tienen que tener los sectores de la actividad privada para reinvertir, pero tenemos que generar políticas de inclusión laboral. Si todo ese crecimiento no se condice con nuevas oportunidades de nuevos puestos de trabajo y solo hacemos crecimiento de producto bruto, ese crecimiento no es desarrollo y la tarea de la política será incompleta”