26 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Malvinas somos todos|Los homenajes de la gente

A cuarenta años del desembarco de recuperación de las Islas Malvinas, a diferencia de las voces estatales, tanto oficial como opositora, que coincidieron en discursos derrotistas, culposos (frente a la decisión de ocupar militarmente las islas) y mezclados con la dictadura militar, arrebatados de un altruismo pacifista y sentimental carente de realidad política y estratégica para la defensa de nuestro país, en diferentes lugares del país, se recordó tal evento histórico como una Gesta patriótica llena del valor que los políticos parecen no ver ni encontrar.

Desde hace más de dos décadas, se acostumbra hacer vigilias de espera para el 2 de abril, haciendo así un ejercicio conmemorativo en honor de quiénes participaron directamente del conflicto bélico con Gran Bretaña. La más conocida es quizás la de Usuahia, sin embargo, desde hace 25 años, en una pintoresca localidad de la Provincia de Buenos Aires, se lleva a cabo una Vigilia tan grande que, San Andrés de Giles fue rebautizada como la capital bonaerense malvinera.

Todos los 1 de abril, el centro de Veteranos de la Guerra de Malvinas de S.A. de Giles, con el VGM Alberto Puglieli a la cabeza, despliega todo lo organizado durante un año para esta fecha. El poblado se viste de fiesta; las casas arreglan sus frentes y jardines además de marcar sus puertas o ventanas con banderas argentinas que, en su mayoría, llevan las islas en el centro.

La plaza central se convierte así en el centro neurálgico de una feria y stands de muestras recordativas sobre Malvinas en 1982. Asimismo, un gran escenario en una de sus esquinas, sostiene la actuación de artistas y es sede de entrega de estatuillas conmemorativas a personas e instituciones comprometidas con la Causa defendida bélicamente en las islas hace cuatro décadas.

Cerca de las 00.00, cuando comienza el 2 de abril, un gran fogón se enciende para distribuir su fuego en 649 antorchas que representan el espíritu vivo de los caídos en combate. Con las flamas encendidas, la banda militar del Regimiento de Patricios entona la marcha de Malvinas que abraza al desfile de los Veteranos de Guerra junto a los familiares de caídos acompañando así una noche llena de emociones donde las oscuridades de la guerra se entrelazan con la belleza del valor de la lucha para recordar que una batalla perdida puede ser uno de los pasos hacia una victoria final.

Al día siguiente, las plazas, monumentos y centros de ex soldados combatientes, también se llenan de personas que van a recordar la gesta patriótica como símbolo de insubordinación al poder anglosajón que dirime nuestra Soberania territorial. Desde el cenotafio de la Plaza San Martín en Retiro -frente a la Torre de los ingleses y terreno donde se llevaron a cabo los desembarcos de las invasiones inglesas de 1806 y 1807-, hasta el cementerio de la Chacarita donde reposan los restos de uno de los gestores de la Operación Rosario para el desembarco de la recuperación, el Cnl Mohamed Alí Seineldín, el ciudadano de a pié ofrenda su atención y respeto a quiénes se animaron a enfrentar a uno de los ejércitos más poderosos y experimentados del mundo apoyados por el resto de la OTAN.

Gente de todas las edades, caminó calles, se encontró en plazas o puso recordatorios y banderas en sus negocios y/o casas para decir: Malvinas somos todos.

Por Silvina Batallanez