26 de abril de 2024

NCN

Para que el ciudadano tenga el control.

Marcelo D’Alessandro justificó todo

El secretario de Seguridad de la ciudad, Marcelo D’Alessandro, aseguró: “la Policía actuó en función de la escalada de violencia brutal” de manifestantes. «No quiero la imagen del caos, de prender fuego ni tirar piedras”, dijo y afirmó: “los policías también tienen derechos”.

Marcelo D'Alessandro, secretario de Seguridad porteño

Marcelo D’Alessandro, secretario de Seguridad porteño

Gobierno porteño justificó la violenta razzia policial que detuvo a 20 manifestantes que participaron de la marcha que cerró el Paro Internacional de Mujeres. El secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, sostuvo: “la Policía actuó en función de la escalada de violencia brutal” de la movilización y dijo que ese accionar fue “por pedido de propios damnificados” que participaban de la convocatoria. Admitió que hubo policías sin identificación pero sostuvo que su tarea es marcar personas para “después hacer detenciones puntuales”, y dijo que el operativo fue dos horas después y a varias cuadras de la Plaza de Mayo para “proteger la integridad física de terceros”.

En su alegato a favor de la represión e la Policía de la Ciudad, el funcionario aseguró que durante incidentes frente a la Catedral de Buenos Aires hubo “grupos violentos” que arrojaron “bombas molotov”, algo que no aparece en videos, aunque sostuvo que ese tipo de hechos “no justifican el mal accionar policial”.

También sugirió que cuatro hombres y 16 mujeres –entre ellas una menor, una fotógrafa y una periodista-, detenidas terminada la movilización central, fueron responsables de enfrentamientos en la Catedral y Cabildo. Este hecho fue denunciado ayer por el colectivo NiUnaMenos, CELs y varias organizaciones, y calificado como “cacería de mujeres” para disciplinar al movimiento por igualdad de género.

Según D’Alessandro, motivos de detenciones “se pueden ver en imágenes” televisivas donde manifestantes “tiraban piedras” contra agentes. «Imágenes también hablan por sí mismos. Ante una marcha en paz un grupo de violentos dañó el edificio de la Catedral y agredió brutalmente a periodistas», afirmó.

Sin embargo, arrestos no fueron allí, sino dos horas después y en un operativo de persecución. Así, Laura Arnés, periodista, fue privada de su libertad cuando salía de una pizzería y Jose Nicolini, periodista, lo arrestaron en cuando intentaba tomar imágenes de la violenta detención. Varios arrestos fueron por policías de civil y uniforme, todos sin identificación. Se tiraron en el asfalto sobre mujeres desprevenidas que marcharon y las llevaron a la rastra. Algunas quedaron alojadas en la comisaría primera de ciudad de Buenos Aires, mientras que otras en la 30. Dos de los varones fueron trasladados a la cuarta.

Por ser menor de 18 años intervino Alejandro Cilleruelo, del juzgado 4 de Menores. Asimismo, ante la ausencia total de información de la policía, y ausencia de funcionarios judiciales que dieran una voz de ordenamiento legal, la abogada Laura Sánchez presentó un habeas corpus ante la jueza de Instrucción 16, Laura Bruniard.

Otras mujeres fueron sumadas a la cacería cuando sacaban fotos con celulares. Varias detenciones, igualmente, se viralizaron porque fueron enviadas de inmediato, antes de que los mismos policías las arrojaran al piso o requisaran teléfonos.

El secretario de Seguridad porteño fue uno de los compañeros de excursión del fiscal Guillermo Marijuan a la final de la Copa América entre Argentina y Chile en New Jersey el año pasado. Ese viaje dio mucho que hablar en redes sociales cuando se viralizaron fotos Marijuan enfundado en la camiseta de la Selección Argentina, entre abrazos y carcajadas con sus amigos del Frente Renovador. Medios hegemónicos dijeron que el fiscal a cargo de la causa de Lázaro Báez viajó a Estados Unidos para buscar pruebas.

D’Alessandro con Marijuan y sus amigos en la final de la Copa América.

El funcionario porteño reconoció que esas detenciones fueron por agentes sin identificación, contrario al accionar de fuerzas de seguridad en el marco de un estado de derecho. “Hay policías de uniforme y otros de civil que se identifican ante la acción en que intervienen, para después hacer detenciones puntuales”, explicó. “Así, algunos fueron al lugar (Plaza de Mayo) y otros a una cuadra o dos” de donde se focalizaron incidentes.

D’Alessandro no condenó la violencia policial ni siquiera cuando le recordaron la contundencia de videos mostrando a policías arremeter contra manifestantes. «Hay imágenes con las que no estoy absolutamente de acuerdo, pero quiero tener todas las pruebas», respondió.

Dijo en este sentido que a “todos” los que actuaron en el operativo se les inició un sumario administrativo pero informó que ninguno fue separado preventivamente de su cargo. “No defenderé abuso de poder, pero tampoco quiero la imagen del caos, de prender fuego ni tirar piedras”, añadió D’Alessandro y lamentó: “muchas veces, lamentablemente, pareciera que la función del policía es que le rompan la cabeza y ellos también tienen derechos”, remató.

Otro argumento que utilizó para amparar la represión fue que fuerzas de seguridad actuaron “bajo una ley (de Seguridad) que tuvo el consenso mayoritario de la Legislatura porteña por su contenido moderno de derechos humanos”. Luego responsabilizó a la Justicia por la situación de las detenidas: “Cuando agarra a alguien, el policía automáticamente hace la consulta judicial”, argumentó y dijo que “a la tipificación del delito la determina el juzgado”.

Así y todo, negó razzias. “Tenemos manifestaciones constantes en la ciudad y nunca hubo problemas”, dijo y recordó la manifestación de hace semanas por igualdad de género frente al Obelisco, donde un patrullero fue pintado con un aerosol. “La sociedad entera nos cuestionó por no actuar ahí», aseguró.

Otro dato de archivo que tomó para defender detenciones violentas fue un caso “que salió denunciado en el CELS” luego de que un policía “tomara por el cuello a un senegalés que vendía por ahí”. Dijo que ese hombre fue apresado así porque antes “le reventó la cara a un policía” y le pegó a otros. “Lo controlaron así”, insistió.

Aunque cuestionó su actitud, D’Alessandro también defendió a Ignacio Montagut, joven militante PRO con pasado en un partido neonazi que con una bandera del Vaticano enfrentó a mujeres en la puerta de la Catedral. «Fue un acto de provocación pero no justifica en lo más mínimo la violencia contra él», declaró.